Hace unos días el biólogo de la Universidad de Columbia Británica, Christopher Harley, se sorprendió al ver miles de criaturas marinas muertas después de la ola de calor en Canadá. El hedor nauseabundo era procedente de la playa Kitsilano, Vancouver.

Harley pudo observar mejillones, caracolas marinas, estrellas de mar y almejas en estado de pudrición en las aguas poco profundas. En total calcula que aproximadamente 1.000 millones de organismos marinos pueden haber muerto.
Columbia Británica alcanzó temperaturas récord tres días seguidos a fines de junio, llegando a 121,3 grados Fahrenheit (49,6 grados Celsius) el 29 de junio.
La temperatura del agua llegó a medir hasta 50°C
Esta no es la primera vez que una ola de calor acaba con los mariscos. Una ola de calor de 2019 provocó la mayor extinción de mejillones en Bodega Head , una bahía en la costa de California.
Este fenómeno no sólo afecta a la calidad del agua por los miles de criaturas marinas muertas sino a los productores, las tribus y el turismo. Y aunque la población de mejillones pueda recuperarse más o menos rápido, existen otras especies que necesitan más tiempo.
No se tiene claro que vayan a tener este tiempo porque las previsiones hablan de más olas de calor de este tipo.