En 1916, Harold Walker, de cinco años, que vivía en Oklahoma, fue capturado en fotografías, trabajando diligentemente en los campos de algodón. A pesar del calor abrumador, el pequeño recogió casi 10 kg de algodón diariamente, soportando los pinchazos de las espinas
Él no lo sabría, ni el fotógrafo que tomó la imagen, pero Harold se convertirá en el símbolo de las dificultades que enfrentaban los niños trabajadores agrícolas. Posteriormente, sería la inspiración para las luchas por las prácticas laborales justas.
Harold Walker: fotografías que pasaron a la historia

El día que el fotógrafo Lewis Hine, sacó las fotografías de Harold Walker y de su hermano menor, Jewell, junto a su familia, habían pasado 40 días desde la aprobación de la Ley de Trabajo Infantil Keating-Owen, la primera ley federal que reguló el trabajo infantil en Estados Unidos.
Dicha ley se aplicaba, prácticamente, para todas las empresas manufactureras, fábricas, minas de carbón y fábricas de conservas de pescado. Sin embargo, no abordaba la problemática de los niños trabajadores agrícolas que laboraban con sus padres en granjas familiares.
Durante su viaje a Comache, Oklahoma, en 1916, Hine había trabajado para el Comité Nacional de Trabajo Infantil durante más de 8 años. Sus fotografías fueron muy aclamadas, y se consideran una de las principales razones por las que numerosos estados aprobaron leyes más estrictas sobre trabajo infantil.
El cambio de leyes

Fueron dichas imágenes, la que condujeron a la creación de la ley federal de 1916. Consiguiendo un progreso importante, el Comité Nacional de Trabajo Infantil le solicitó a Hine que fuera a Kentucky, Oklahoma y Colorado para informar sobre la calidad de vida de los niños que trabajaban en granjas familiares y no familiares, haciendo énfasis en la seguridad y su asistencia a las escuelas.
El Comité deseaba establecer directrices futuras sobro la forma de abordar dicha problemática y su evolución. Por desgracia, 2 años más tarde, en 1918, la ley federal fue anulada por la Corte Suprema de Estados Unidos, pero el precedente ya se había instalado.
Los sindicatos, las leyes estatales más estrictas y los métodos de fabricación, cada vez más modernos en el trabajo de las fábricas, dieron como resultado una disminución sustancial del trabajo infantil.
Las fotografías de Harold Walker y la de su familia, pasaron a la historia y fueron fundamentales para cambiar el rumbo su rumbo. Quizás, sea a ese pequeño niño de 5 años, a quien los estadounidenses le deben las leyes laborales de la actualidad.