Científicos crean un organismo sintético unicelular que se comporta como una célula natural dividiéndose y multiplicándose cada determinado tiempo como lo hacen normalmente.
Las células sintéticas pueden ser usadas para sensores vivos que constantemente miden en el entorno variables como acidez, temperatura y niveles de oxígeno.
Aplicándolas en medicina pueden introducirse en el cuerpo humano, para detectar enfermedades y servir como terapia. También podrían cultivarse en laboratorio para producir de manera más eficiente alimentos y combustibles.
De momento la célula se encuentra en etapa de comprensión ya que para poder aplicarse en alguno de los campos antes mencionados se requiere de conocer la célula a nivel fundamental para así controlar este organismo sintético.
El estudio inicio en 2016 dando como resultado un organismo con 473 genes llamada JCVI-syn3.0 siendo más corto genéticamente que cualquier organismo natural conocido. La versión más reciente se llama JCVI-syn3A y cuenta con 492 genes, teniendo 7 genes fundamentales para la división celular.
La célula fue creada a partir de un microbio que los científicos despojaron de su ADN, reemplazándolo con el de diseño que ellos introdujeron para averiguar los genes necesarios para que una célula viviera.
Algunos genes importantes interactúan con la membrana celular, alterando las propiedades físicas haciéndola maleable para la división celular, aunque de momento no se sabe el mecanismo de los genes para dividirse.