Los investigadores han relacionado pasar más tiempo jugando videojuegos con un aumento de la inteligencia en los niños, lo que de alguna manera contradice la narrativa de que los juegos son malos para las mentes jóvenes.
Para el estudio se entrevistaron a más de 5000 niños de entre 10 y 12 años de edad. Se les preguntó cuánto tiempo pasaban en redes sociales, viendo televisión o jugando videojuegos. En promedio, los pequeños pasaban alrededor de una hora jugando videojuegos, una hora en redes sociales y dos horas y media viendo televisión.
Unos años después los autores del estudio volvieron a entrevistar a los niños. Fue aquí cuando descubrieron que aquellos que pasaban más tiempo en videojuegos eran más inteligentes. En el espacio entre entrevistas, la inteligencia de los niños gamers aumentó más que la del resto.

Uno de los ejemplos presentados indica que un niño pasaba un 17% más de su tiempo jugando videojuegos. A su vez, la prueba de inteligencia que le realizaron indicó que su coeficiente intelectual tuvo un incremento de 2.5 puntos entre las entrevistas. Lo cual para los autores, confirma un efecto benéfico causado por esta forma de entretenimiento.
Por otro lado, los niños que se la pasaban en redes sociales o viendo televisión, no mostraron un cambio notorio. De este par de grupos, los de televisión mostraron un muy leve aumento en inteligencia. Mientras que los de redes permanecieron igual.
Los videojuegos parecen aumentar la inteligencia de los niños, pero hay unas cuantas advertencias.
Los autores del estudio dicen que su estudio parece confirmar que los videojuegos aumentan la inteligencia de los niños. Sin embargo, advierten que no es una invitación a dejarlos jugar todo el tiempo que quieran. Ya que para su estudio no tomaron en cuenta los impactos en la salud física o las alteraciones a los ciclos de sueño.

El reporte de la investigación concluye con un pequeño comentario para los padres. Les dice que es común que se preocupen de que sus niños se la pasen jugando videojuegos. Pero que debería reconfortarles el hecho de que por lo menos están aumentando su inteligencia.