Zenobia: la Reina que desafió al Imperio Romano y creó su propio reino

Alzada con orgullo e imponente belleza, se encuentra en el medio del mar Mediterráneo la estatua de la reina Zenobia. Una mujer que, con valentía y ambición, desafió al Imperio Romano en el siglo II y consiguió que la ciudad de Palmira, la entonces provincia de Siria, se convertirla en su propio imperio.

La historia de Zenobia y Palmira

Zenobia: la Reina que desafió al Imperio Romano y creó su propio reino

La ubicación de Palmira estaba entre el mar Mediterráneo al oeste y el río Éufrates al este. Esto hizo que se volviera una parada obligatoria para caravanas que se movían por la Ruta de Seda.

Eso generó que la ciudad, para el siglo III, se convirtiera en una de las más ricas del Imperio Romano. Aunado a eso, desarrolló gran capacidad militar, con la que destruyó su rival, el Impero Persa.

Su poder creció tanto, que aprovechando una de las crisis más importantes de la historia del Imperio Romano, en el año 268, decidió alzarse y crear su propio imperio. Y esta hazaña estuvo encabezada, como no, por Zenobia, la reina regente de Palmira.

Esta mujer era conocida por su cultura y habilidad militar. Fundó el Imperio de Palmira y, entre el 268 y 272, logró tomar Siria, Egipto, Anatolia, Palestina y Líbano. En 270, Zenobia incluso se proclamó reina de Egipto, acuñando monedas con su imagen.

Pero a diferencia de su predecesora más conocida, Cleopatra, de quien afirmó ser descendiente, la reina de Palmira no logró mantenerse en el poder.

La llegada al poder

Zenobia era esposa del príncipe palmireno Septimius Odenato, quien ya era reconocido en Roma por sus exitosas campañas contra los persas. En agradecimiento por defender la frontera oriental del Imperio Romano, Odenato fue nombrado rey de Palmira en 260.

Siete años después, su sobrino lo asesinó, junto a su hijo mayor y heredero, Hairan, fruto de su primer matrimonio. La corona la heredó su hijo menor, Lucius Lulius Aurelio Septimio Vaballathus Atenodoro, mejor conocido como Vabalato.

Pero, al ser muy joven, fue su madre quien tomó el cargo de regente. Así, Zenobia, de tan solo 25 años, demostró ser sumamente culta. Los historiadores sostienen que su padre fue gobernador romano, cosa que no se ha podido confirmar, sin embargo, la reina tuvo una educación de parte de un noble, además de hablar varios idiomas.

También, se dice que su belleza era cautivadora, y era muy audaz. Tras la muerte de su marido, no solo defendió la independencia de Palmira, sino que decidió desafiar al mismísimo Imperio Romano.

El Nuevo Imperio de Palmira

Zenobia: la Reina que desafió al Imperio Romano y creó su propio reino

Los planes de conquistar el majestuoso Imperio de Palmira, surgieron inicialmente como un supuesto intento de defender al Imperio Romano de los persas. Pero el propio Odenato había dejado en claro su ambición: dominar Oriente, y Zenobia siguió con esos planes.

Con mucha astucia militar, consiguió mantener a raya a los persas y conquistar tierras que pertenecían al Imperio Romano. Zenobia se aprovechó de la crisis que enfrentaba Claudio II, el nuevo emperador romano. Cuando asumió en 268, se encontró frente a una triple amenaza: los godos, los galos y los germanos.

Con Roma ocupada, Zenobia invadió Egipto en 269 y se proclamó reina. Así se extendió desde el Éufrates hasta el Nilo. Al frente su poderoso ejército, la «reina guerrera» continuó conquistando ciudades romanas importantes para el comercio en el Medio Oriente.

Sin embargo, pero la llegada de Aureliano, que sucedió a Claudio como emperador en 270, impidió las ambiciones del Imperio palmireno. Los militares experimentaros vencieron a los germánicos, galos y godos, reconquistaron Egipto y restauraron el poder de Roma en Oriente.

Así, los territorios perdidos ante Zenobia, volvían a estar del lado romano. La reina tuvo que retirar sus fuerzas y se refugió el Palmira, pero Aureliano la persiguió. Usó su ejército para rodear las murallas de la ciudad e impidió la entrada de suministros, obligando a Zenobia a huir a Persia en 272.

Sin embargo, no pudo continuar, ya que fue capturada y llevada a Roma, donde el emperador organizó una marcha triunfal, donde expuso y humilló a su prisionera. Que sucedió después, no es del todo claro; la versión más aceptada cuenta que Aureliano la perdonó y le permitió llevar una vida lujosa en Tibur, como exiliada. Pero la otra versión asegura que se convirtió en filósofa de alta sociedad romana.

La Gloria de Palmira

Zenobia: la Reina que desafió al Imperio Romano y creó su propio reino

El legado de Zonobia y Palmira es palpable, ya que la ciudad sigue siendo considerada como una de las joyas de la antigüedad. En su breve reinado, embelleció la ciudad, famosa por sus hermosos templos y arquitectura única.

Su belleza e importancia cultura se mantiene a lo largo de la historia, siendo sus ruinas, una de las atracciones turísticas más importantes de Siria. De hecho, en 1980, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, del brazo de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Aunque la ciudad también fue asediada en varias ocasiones. La primera fue por los romanos que, tras caer el Imperio de Palmira y un intento fallido de rebelión, arrasaron la capital. Además, mucho de sus tesoros famosos fueron llevados a Roma.

Palmira, incluso, sufrió en tiempos modernos: en 2015, fue destruida por el Estado Islámico, quien se apoderó de la ciudad durante la guerra civil siria. Muchos de sus monumentos y joyas han sido destruidos, considerándolos símbolos de idolatría.

Una historia de una mujer sorprendente, reina, guerrera, inteligente y con audacia en el campo de batalla como pocos. Quizás, su ambición la llevó a perder todo lo conseguido, pero la huella que dejó en el mundo es imborrable.


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