Es alucinante que un insecto pueda crear este sonido tan extraño, pero…¿Cómo lo hace?
La familia de los tetigoniidos, más conocidos como saltamontes longicornios, katydids o grillos de matorral, viven en todas las regiones del globo, salvo en la Antártida.
El saltamontes es un insecto con fama cantora y saltarina, que suele verse casi siempre cerca de plantas. Se conocen más de 11,000 mil especies en la Tierra. Muchos de ellos son nocturnos, pero otros tienen hábitos diurnos.
Este insecto usa las patas traseras como si fueran catapultas para saltar y lanzarse al aire con gran altura cuando deben escapar de sus depredadores, mientras que utilizan las delanteras para caminar.
También se distingue de otros insectos por portar unas antenas largas, que lo ayudan a orientarse en su entorno y por tener dos pares de alas para volar.
De tamaño mediano a grande, por lo general los saltamontes miden 2 pulgadas (unos 5 cm), aunque otros superan las 5 pulgadas (más de 12 cm)

Al igual que el grillo, la cigarra, el guitarrero y otros insectos “cantores”, el saltamontes es famoso por el sonido que emiten los machos por lo general a la noche, a diferencia del “canto” diurno de la chicharra.
¿Cómo canta?
El canto del saltamontes es producido por los machos al frotar sus alas, las cuales tienen una especie de pequeños dientes que al rozar entre sí generan ese característico sonido. Algunas especies emiten el sonido frotando sus patas traseras de textura dentada contra sus alas delanteras.
Los saltamontes más grandes irradian su canto muy fuerte y pueden escucharse a largas distancias.
Tal como otros cantos del reino animal, se considera el sonido de los saltamontes como una señal de cortejo. El llamado del macho para atraer a la hembra. O bien cuando se siente bajo una amenaza.
El sonido más alto documentado llegó a 150 kHz, aunque las frecuencias de llamada más recurrentes oscilaron entre 5 kHz y 30 kHz.