Es un fenómeno poco frecuente. Menos del 1% de las descargas eléctricas se dan en la dirección opuesta a la normal.

Este tipo de rayo se forma cuando iones cargados negativamente, se elevan desde el suelo y se encuentran con iones cargados positivamente en una nube de tormenta.
La primera documentación científica sobre este tipo de rayos se remonta a 1939. No obstante, es ahora cuando los científicos han llegado a comprender su funcionamiento.
En las tormentas eléctricas lo más habitual es encontrar rayos que tienen lugar entre las nubes o de las nubes al suelo puesto que estos siguen unas ‘rutas’ de aire ionizado llamadas descargas líder.
Una de estas descargas líder escalonada con carga positiva baja de las nubes y obliga a otra con carga negativa a subir del suelo. Cuando los dos se encuentran, el resultado es un flujo de corriente eléctrica que va acompañado de rayo de luz.
Relámpagos poco frecuentes
Este tipo de rayos es muy poco frecuente. Menos del 1% de las descargas eléctricas se dan en la dirección opuesta a la normal: de la tierra hacia el cielo.
En el caso de los rayos ascendentes, suelen localizarse cerca de objetos altos como edificios o repetidores y, según Tom Warner, responsable del grupo de investigación de School of Mines and Technology de Rapid City, Dakota, y primer autor del estudio sobre rayos ascendentes publicado en el Journal of Geopysycal Research, su secreto podría residir en un mecanismo basado en chispas eléctricas. Esto quiere decir que un rayo descendente, en las condiciones idóneas, desencadenaría los rayos tierra-nube. Después, los rayos ascendentes se encuentran con rutas de descarga negativa, las llamadas descargas líder de retorno, que llevan el flujo de electrones al suelo.