Implante cerebral permite que mujer invidente perciba letras y formas.

Científicos españoles han conseguido que una mujer con discapacidad visual logre percibir letras y formas sencillas, mediante un implante cerebral.

 

Bernardeta Gómez, durante las pruebas.UMH

 

Bernardeta Gómez, de 57 años, quedó con discapacidad visual debido a una septicemia hace 16 años.

Actualmente, gracias a unas gafas que cuentan con una retinal artificial, así como una placa de 100 micro electrodos en su cerebro, ha logrado reconocer letras del alfabeto .

 

El implante cerebral ha sido desarrollado por el investigadores de Neuroingeniería Biomédica de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, y ha sido utilizado por primera vez en una persona invidente: Bernardeta Gómez profesora en un instituto de Valencia, quien perdió la visión hace 16 años debido a una septicemia.

 

El implante consta de 2 partes, una implantada en el cerebro, y otra sección externa.

 

En el exterior se encuentra la retina artificial, situada dentro de unas gafas convencionales, la cual capta el campo visual situado enfrente de la persona y lo transforma en impulsos eléctricos, los cuales en las personas con una visión normal, suelen ser transformados en imágenes por el cerebro.

Precisamente esa es la función que lleva a cabo la diminuta placa colocada en la corteza cerebral.

 

La placa posee 4 milímetros de longitud, con un centenar de micro electrodos de 1,5 milímetros de longitud.

Estos electródos se encargan de inducir la zona cerebral encargada de la visión, enviando señales eléctricas. 

El director del estudio, Eduardo Fernández, menciona:

“Gracias a ello, la persona implantada ha sido capaz de reconocer diversos patrones complejos de estimulación y percibir con precisión formas y letras”.

 

Los investigadores mencionaron que:

“Durante el experimento que llevó alrededor de 6 meses, se crearon diversos videojuegos con el objetivo de estimular el cerebro de Bernardeta. Además, se produce un proceso de aprendizaje con el tiempo, el cual permite que sea más fácil el reconocer diversos patrones”.

Aunado al porcentaje de efectividad que posee el implante, en el estudio se avala también su seguridad, debido a que no afecta las funciones de la corteza cerebral ni a la de las neuronas que quedan situadas en la zona inmediata al implante.

 

Fernández añade:

“La cantidad de corriente eléctrica necesaria para inducir percepciones visuales es mucho menor que la que se necesita con electrodos situados en la superficie del cerebro, lo que se traduce en una mayor seguridad”.

 

El profesor Fernández, señala que “los resultados obtenidos son alentadores para el desarrollo de una neuroprótesis visual, la cual permita apoyar a personas con discapacidad visual o con baja visión residual a mejorar su movilidad.

Incluso, siendo más ambiciosos, les puede ayudar a percibir el entorno que las rodea y orientarse en él”.

 

Sin embargo, Fernández finaliza:

“Queda mucho por hacer, no hay que crear falsas expectativas a personas que sueñen con recuperar su visión.

Actualmente para que el aparato funcione debe estar conectado a unidad central eléctrica: si el paciente se desconecta, deja de ver las formas y el alfabeto.

Además, transmitir y recibir las señales de forma inalámbrica podría generar otros problemas, por lo que aún precisa de más datos al respecto”.

 

El equipo de investigadores se encuentra actualmente reclutando voluntarios con discapacidad visual, para que se sumen a nuevos estudios.

A futuro cercano, el grupo espera utilizar un sistema codificador de imágenes más sofisticado, con capacidad de estimular una mayor cantidad de electrodos simultáneamente, y así poder reproducir imágenes visuales con mayor complejidad.

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