Medir el tiempo puede no parecer algo tan complejo. Después de todo, confiamos simplemente en contar los segundos entre el “entonces” y el “ahora”. Pero cuando realmente comienzas a descomponer el tiempo hasta el nivel cuántico, las cosas comienzan a ponerse un poco más confusas. Para empezar, “entonces” se vuelve difícil de controlar, y “ahora” se vuelve aún más confuso, lo que hace que sea más difícil de precisar.

Sin embargo, esta complejidad podría cambiar más temprano que tarde. Según una investigación publicada en octubre de 2022, el truco para medir el tiempo en la niebla cuántica puede reducirse a medir la forma de la propia niebla.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Uppsala en Suecia realizó varios experimentos para probar la teoría. El objetivo principal era experimentar en lo que los científicos llaman el estado de Rydberg. Al experimentar con él, pudieron encontrar una nueva forma novedosa de medir el tiempo que no requiere tener un punto de partida muy preciso, uno de los mayores enigmas que enfrentan los científicos antes.

Una de las formas más sencillas de visualizar esta investigación es pensar en los átomos de Rydberg como globos inflados en exceso dentro del mundo de las partículas. Estas partículas contienen electrones en estados de energía extremadamente altos, todos orbitando lejos del núcleo del átomo. Utilizaron dos láseres para interactuar con los átomos. Esta técnica permitió a los científicos medir el tiempo midiendo la velocidad de los electrones.
Para ello, continuaron con el experimento, observando los átomos y las “huellas dactilares” que dejaban atrás. Esto permitió a los investigadores crear marcas de tiempo cuánticas, lo que facilitó la medición del tiempo sin tener que tener un punto de partida específico ya situado en el mundo cuántico.
Futuros experimentos en el mismo sentido podrían ayudar a perfeccionar la forma en que los científicos miden esa niebla cuántica, proporcionando una forma más precisa de medir el paso del tiempo dentro del mundo cuántico de formas aún más inteligentes. Combine eso con el hecho de que los científicos del MIT reinventaron el reloj atómico , y la ciencia está encontrando nuevas formas de combatir el enigma del tiempo.