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Sales y Compuestos Orgánicos en la Superficie de Ganímedes, la Luna Más Grande de Júpiter

Los datos obtenidos por la misión Juno de la NASA sugieren que en la superficie de la luna más grande de Júpiter podría estar emergiendo evidencia de un pasado con agua salada.

Los datos recopilados por la misión Juno de la NASA han revelado un emocionante descubrimiento sobre sales minerales y compuestos orgánicos en la superficie de la luna más grande de Júpiter, Ganímedes. La información recopilada por el espectrómetro Jovian InfraRed Auroral Mapper (JIRAM) a bordo de la nave espacial Juno proporciona una visión sin precedentes de la composición de esta luna helada, y los resultados se publicaron en la revista Nature Astronomy el 30 de octubre. Ganímedes, la luna más grande de Júpiter, ha sido objeto de interés durante mucho tiempo debido a la presencia de un vasto océano interno de agua bajo su corteza helada. Observaciones anteriores realizadas por la nave espacial Galileo de la NASA, el Telescopio Espacial Hubble y el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral habían insinuado la presencia de sales y compuestos orgánicos en la superficie de Ganímedes. Sin embargo, la resolución espacial de estas observaciones anteriores no permitía realizar una determinación definitiva.

La oportunidad de abordar este enigma surgió el 7 de junio de 2021, cuando la nave espacial Juno realizó un sobrevuelo cercano a Ganímedes a una altitud mínima de 650 millas (1,046 kilómetros). Durante el sobrevuelo, el instrumento JIRAM capturó imágenes infrarrojas y espectros infrarrojos de la superficie de la luna, lo que permitió a los científicos analizar las características espectrales únicas de los materiales presentes, incluyendo el cloruro de sodio hidratado, el cloruro de amonio, el bicarbonato de sodio y posiblemente los aldehídos alifáticos.

“La presencia de sales amoniacales sugiere que Ganímedes pudo haber acumulado materiales lo suficientemente fríos como para condensar amoníaco durante su formación. Las sales de carbonato podrían ser restos de hielos ricos en dióxido de carbono”

Federico Tosi, Coinvestigador de Juno del Instituto Nacional de Astrofísica de Italia en Roma

Los datos procesados del espectrómetro JIRAM, que viaja a bordo de la misión Juno de la NASA, se combinan con imágenes ópticas obtenidas por las naves espaciales Galileo y Voyager de la agencia. Estas imágenes muestran el terreno de la luna Ganímedes, una de las lunas de Júpiter que está marcado por surcos y crestas. Créditos: NASA/JPL-Caltech/SwRI/ASI/INAF/JIRAM/Universidad Brown

Este emocionante hallazgo no solo arroja luz sobre la composición de Ganímedes, sino que también proporciona pistas sobre su proceso de formación. Los datos sugieren que esta luna pudo haber acumulado materiales a temperaturas lo suficientemente bajas como para condensar amoníaco, lo que plantea preguntas interesantes sobre su historia y origen. Un aspecto clave de estos descubrimientos es la ubicación de las sales y los compuestos orgánicos en Ganímedes. Los científicos han observado que la mayor abundancia de estos materiales se encuentra en los terrenos oscuros y brillantes de la luna, particularmente en las latitudes protegidas por el campo magnético de Júpiter. Esto sugiere que estos materiales podrían ser restos de un océano salino profundo que llegó a la superficie de este mundo helado.

Juno no solo ha sobrevolado Ganímedes, sino también Europa en octubre de 2021 y septiembre de 2022, una luna con un posible océano debajo de su capa de hielo. Actualmente la sonda está realizando un sobrevuelo de Ío, un mundo conocido por sus volcanes. El próximo acercamiento a Ío está programado para el 30 de diciembre, cuando Juno se aproximará a 1.500 kilómetros (932 millas) de su superficie.

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