Frederic Tudor: El Rey del Hielo que convirtió este producto en negocio

Durante el fuerte verano de 1928, en las calientes calles de Houston, Texas, un hombre luchaba por entregar un bloque de hielo de más de 11Kg a sus fieles clientes. Como este hombre, muchos otros transportaban hielo en diferentes partes de Estados Unidos, todo gracias a Frederic Tudor, el famoso «Rey del Hielo».

Y es que este empresario de Boston, no solo fue el inventor de los cubitos de hielo. Además, cosechó este producto para su exportación al Caribe, la India, China, Australia y diferentes partes del mundo.

Frederic Tudor: la innovación en las venas

Frederic Tudor: El Rey del Hielo que convirtió este producto en negocio
Trabajadores de Frederic Tudor cortando el hielo.

Frederic Tudor nació en Boston, en 1783. Fue un visionario que, a la edad de 22 años, tuvo la idea millonaria de cosechar el hielo invernal de los estanques y ríos de Nueva Inglaterra y exportarlos a las cálidas costas del Caribe.

Escogió como primer destino de su transporte de hielo, la colonia francesa de Martinica, donde sería usado para enfriar las bebidas, conservar la comida y calmar a los pacientes de fiebre amarilla.

En principio, toda la ciudad se burló de su emprendimiento, considerándolo una locura. No pudo encontrar un mercader dispuesto a transportar el hielo en su barco, así que tuvo que comprar uno propio. Zarpó en 1806 con 130 toneladas de hielo extraído de un estanque familiar a las afueras de Boston. A pesar de que la mayor parte del hielo sobrevivió envuelto en heno, apenas llegó a Martinica, se derritió por la falta de almacenaje, provocándole pérdidas de $4.000.

Pero este primer fracaso no lo detendría y, para el siguiente año, se embarcó con 240 toneladas a La Habana. Sin embargo, volvería a regresar sin beneficios.  La guerra de 1812 había dañado el mercado naval americano y dejó el negocio de Frederic Tudor pendiendo de un hilo.

Las pérdidas acumuladas y las deudas, provocaron que acabara dos veces en prisión, pero siguió adelante con su negocio, aprendiendo de sus errores. Se aseguró de que se construyeran recintos donde conservar el hielo en los puertos donde llegaba y lugares de abastecimiento. Descubrió que el serrín evitaba el derretimiento mucho mejor que el heno y, así, consiguió hacerse con el monopolio de La Habana y Jamaica. Poco a poco, se hizo un nombre en algunas ciudades de Estados Unidos, asegurándose un negocio próspero.

Marketing e innovación

Frederic Tudor: El Rey del Hielo que convirtió este producto en negocio

Frederic Tudor usó una sutil, pero efectiva estrategia de marketing. Conseguía su clientela dando pruebas gratis de su producto, esperando que los que lo recibían, se engancharan y volvieran como clientes potenciales. Pero no previó la enorme carga de trabajo que esto conllevaba, teniendo varios ataques de ansiedad y cansancio, cayendo en depresión en 1821.

El tráfico de hielo despegó aún más cuando se unión a Nathaniel Wyeth, el inventor del cortador de hielos tirado por caballos. El nuevo método consistía en «arar» el hielo con cuchillas que marcaban surcos paralelos de 10 centímetros de profundidad. Después, los trabajadores hacían agujeros en el hielo por donde se introducían sierras que cortaban los bloques de hielo en piezas de 60×60 centímetros.

Esto reemplazó el laborioso proceso de obtención de hielo con picos, cinceles y sierras, permitiendo la producción masiva. Además, los bloques uniformes eran más fáciles de transportar, apilándose entre sí para minimizar el derretimiento. El hielo cortado con el nuevo sistema era más limpio a la vista, haciendo que fuese más fácil vender.

Pero, la prueba de fuego fue cuando Frederic Tudor, se embarcó en un viaje de 26.000 Km, de Boston a Calcuta, en 1833. A pesar de estar 4 meses en el mar con 180 toneladas de hielo, la carga llegó intacta. El hielo cristalino causó sensación y a los 3 días, los residentes encargaron la construcción de un depósito de hielo.

Tudor había probado que el negocio del hielo, no solo era rentable, sino que se podía producir en masa y entregarlo con éxito a cualquier parte del planeta. Hubo una explosión del comercio y rápidamente, se convirtió en un magnate de la industria.

El Rey del Hielo

Frederic Tudor: El Rey del Hielo que convirtió este producto en negocio

La India fue el destino más rentable, pero en 1856, más de 150.000 toneladas de hielo partían de los puertos de Boston a diferentes partes del mundo, incluyendo China, Australia y Japón.

Pero como todo negocio rentable, poco a poco comenzó a nacer competencia y las diferentes marcas buscaban la forma de diferenciarse de otras. Factores como la pureza o el sabor comenzaban a entrar en la ecuación y los clientes empezaban a decidirse entre diferentes marcas.

Aun así, cuando Frederic Tudor falleció a los 80 años, en 1864, había convertido el hielo en una necesidad, ganándose el apodo del Rey del Hielo. El comercio americano de hielo natural floreció enormemente, hasta que la tecnología apareció con las neveras, heladeras y diferentes enfriadores eléctricos, que comercializaron en los años 30.

Uno de los personajes más influyentes de la historia humana, que nos dejó un legado importante y un producto que se usa a diario en nuestras casas. Quizás, la tecnología reemplazó la cosecha de hielo, peor sin Frederic Tudor, el Rey del Hielo, la industria no sería la misma.


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