El fotógrafo que “soñaba” con nadar en compañía de osos.

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3 osos

AMOS NACHOUM. Esta fotografía representa una gran inversión monetaria, y 15 años de esperar el momento adecuado.

Cuando se le pregunta que es lo que pasa por su mente al momento de realizar este tipo de fotografías, Amos Nachoum dice: “Cotidianamente el miedo hace que esté en estado alerta, pero aún no ha logrado impedirme nada”. Amos es un conocido fotógrafo de la vida salvaje, tiene reconocimientos a nivel internacional por las imágenes submarinas que ha logrado captar.

El fotógrafo ha buceado en entornos extremos decidido a captar la diversidad de especies que habitan bajo el agua, lo ha hecho en sitios qué van desde la Antártida hasta el Ártico. Dentro de la diversidad de especies que ha logrado capturar con su lente, hay ballenas azules, cocodrilos del Nilo, orcas, tiburones etc.

Sin embargo, hay algo que diferencia a Amos, y es el hecho de que el ¡No utiliza jaulas de seguridad bajo el agua!

tiburón blanco

Amos Nachoum. El fotógrafo de la vida salvaje, suele arriesgarse demasiado con tal de obtener las mejores imágenes de la vida marina, como lo muestra este ejemplar de un tiburón blanco.

Al respecto, el dice: “Mi intención fue la de poder mostrar lo que conlleva lidiar con el Gran tiburón Blanco, si no los provocamos, si no los importunamos, podemos estar con ellos pacíficamente”.- Contó al programa de radio de la BBC, y agrega que al momento de tomar la fotografía se encontraba a una distancia aproximada de 1 metro.

Amos Nachoum con tiburón

Amos Nachoum. “Mi intención es la de poder mostrar la belleza que hay en los depredadores marinos, y poder terminar con la idea errónea de que son simples maquinas de matar”. Añade que el observa elegancia, belleza y poder en los animales.

El fotógrafo israelí ha trabajado a lo largo de los últimos 45 anos en intentar erradicar la percepción de que algunas especies son simplemente maquinas de matar despiadadas.

“No hay demonios en el mar”, suele decir.

El primer contacto que tuvo el fotógrafo con una cámara, fue a la edad de 12 años, cuando la encontró abandonada en el almacén de su padre, actualmente es considerado como uno de los mejores fotógrafos del mundo, en su campo.

foca leopardo

Amos Nachoum. La imagen muestra a una foca leopardo cazando a un joven pingüino en la Antártida.

Siendo un adolescente Amos aprendió a utilizar la vieja cámara, y así fue como empezó a hacer fotografías,-“Me di cuenta de que la fotografía me daba la oportunidad de expresarme”, recuerda.

En esa época la relación que tenía con su padre no era la mejor, era un tanto difícil, ya que considera que era sumamente estricto, de esa forma se marchó de su casa a los 14 años, empezó a vivir y trabajar con pescadores locales, fue gracias a ellos que aprendió una habilidad muy valiosa: bucear.

beluga

Amos Nachoum. Una beluga nadando tranquilamente.

Amos dice que después de servir en la milicia y combatir en el frente, quedó traumatizado por la violencia y dejó Israel para empezar una nueva vida en Estados Unidos, ahí condujo taxis en Nueva York y se ganó la vida haciendo trabajos ocasionales, antes de encontrar su lugar en el agua: como instructor de buceo. Mientras acompañaba a un grupo de turistas en unas vacaciones de buceo, un estadounidense que hacía fotos con una cámara submarina le dio una idea:

¡Él también podía hacerlo!

Amos Nachoum

AMOS NACHOUM. Selfie del fotógrafo, finalmente pudo combinar sus 2 pasiones: bucear y la fotografía.

Una vez que logró combinar el buceo con la fotografía, se puso como objetivo el aportar una nueva perspectiva a la diversidad de especies que habitan bajo el mar.

Amos describe la relación con los animales, como muy negativa, sin embargo recalca que su actitud siempre ha sido positiva. De forma particular el fotógrafo albergaba un sueño: fotografiar a un oso polar bajo el agua.

Amos Nachoum con una ballena

Amos Nachoum. “Mi padre consideraba como una ‘misión suicida’ alguno de mis proyectos, había una desconexión total”, cuenta Amos sobre su padre, que prefería verle asentarse y casarse.

“Se dio por vencido conmigo. No podía conectar con lo que yo hacía”.

Sin inmutarse, Amos se dirigió al norte, al Ártico, en la primavera del año 2000, y con la ayuda de un guía inuit local, avistó un oso polar macho y se lanzó al agua. “Es imprescindible la guía de una persona que tenga mucha experiencia, ya que siempre está la posibilidad de sufrir algún accidente”,

Osos

Amos Nachoum. Las fotografías que logra captar, suelen ser ampliamente utilizadas en publicaciones alrededor de todo el mundo. Para poder ejecutar aquel sueño que lo acompañaba desde hacia mucho tiempo, Amos estudió lo necesario de antemano, y supo que los osos polares no podían sumergirse más allá de los 10 metros de profundidad. “El oso polar es muy pesado y tiene mucha grasa en su cuerpo y en su piel. Tiene que esforzarse mucho para bajar”, sostiene.

Las décadas de experiencia que tiene en el medio del buceo y el acercamiento con los animales, le han permitido poder observar las señales que muchos ejemplares emiten, como pauta previas a un ataque. Amos narra que cuando el oso se acercó a seis metros de él, decidió sumergirse, sin embargo el oso decidió seguirlo. “Entonces fue todo un drama”.-Relata.

Polar bear with its cub

Amos Nachoum. “Lo único que podía ver eran las zarpas, nariz y hocico del oso, se encontraba a unos 15 metros de mí, sinceramente me asusté”.

Bajo el agua tenía escasa probabilidades de poder huir o intentar luchar de aquel gran animal, cuando había descendido unos 20 metros voltee hacia arriba y lo miré, nadaba horizontalmente algo alejado de mí. cuando volví a la superficie el ejemplar ya se había marchado.

poder viajar al Ártico significa una inversión considerable, la suficiente preparación, y claro, adquirir los servicios de un avión chárter, además de las instalaciones de tiendas de campaña. sin embargo el fotógrafo estaba más que dispuesto a realizar de nuevo el intento, y así poder tomar finalmente la fotografía de sus sueños. La nueva oportunidad surgió en el año 2015, cuando uno de sus alumnos llamado Yonatan Mir decidió realizar un documental sobre su vida, para ello realizaron el viaje al Ártico.

Foto de osos polares

Amos Nachoum.

Se logró conseguir 1 millón de dólares para el nuevo proyecto, la cantidad reunida les permitiría estar solamente 5 días en aquel sitio, durante 4 días se dedicaron a buscar sin tener suerte, hasta que finalmente surgió el preciado y añorado momento:
Una madre osa con 2 cachorros bajaban la colina y se metían al agua, esto le significaría la oportunidad de poder fotografiar a una hembra con sus 2 cachorros en esas circunstancias.
A group of fish swimming together
Amos Nachoum.

Sin embargo en esta ocasión el fotógrafo contaba con un compañero buceador, Adam, quien lo ayudaría a registrar el acontecimiento. “Observé como se iban acercando cada vez mas y lo hacían de forma directa hacia nosotros. voltee a ver a Adam, me quité el regulador de la boca, sonreí y volví a poner el regulador y bajé, la osa se acercó y se encontraba encima de nuestras cabezas, ene se momento me dí la vuelta para tomarle una fotografía. La imagen que logré captar era simplemente la silueta del animal, por lo que debí esperar para poder realizar otra toma, logrando captar al animal mientras me observaba”.

Mientras Amos se encontraba en medio de su sueño de fotografiar a los oso polares, los encargados de realizar el documental decidieron hablar con su padre, el cual se encontraba postrado en una cama en el país de Israel. las palabras de él, fueron: “Mi buen chico, mi loco hijo y héroe”.

Amos Nachoum holds an underwater camera

AMOS NACHOUM. Mientras el fotógrafo se encontraba llevando a cabo su anhelado proyecto, su padre falleció.

Amos cuenta que la mayor parte de su existencia no tuvo mucha comunicación con su padre, y saber lo que pensaba sobre él lo aturdió, le costaba entender lo que sentía por su hijo. A pesar de que no logró regresar a tiempo a Israel para despedir a su padre, cuando pudo hacerlo visitó el cementerio y colocó la fotografía enmarcada del oso polar en su sepulcro.

Al respecto, Amos dice: “He conseguido algo que él no creía que pudiera”, y añade-“Me retó a ser lo mejor que puedo ser”.

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