La diálisis renal puede alterar la vida de un paciente. La American Kidney Fund informa de que las enfermedades renales son cada vez más frecuentes, sobre todo entre las personas de color, que corren un mayor riesgo de sufrir insuficiencia renal.

Una posible solución para interrumpir el proceso de diálisis y trasplante renal es un riñón bioartificial implantable.
Este dispositivo utiliza membranas nanotecnológicas de silicio para el filtrado y células renales humanas para diversas funciones, como el equilibrio electrolítico y la producción de vitamina D. Las células se obtuvieron de riñones de cadáver. Las células se obtuvieron de riñones de cadáveres, lo que garantiza su funcionalidad y adaptación al entorno artificial del dispositivo.
El dispositivo funciona con la presión sanguínea y ha demostrado su eficacia en ensayos con cerdos.
El proyecto, dirigido por el ingeniero biomédico Shuvo Roy, reconoce la urgencia del problema de la enfermedad renal. Adaptar la tecnología al tamaño y la función humanos exigirá financiación de la investigación, filantropía y colaboración con la industria privada.
Los ensayos clínicos también serán esenciales para probar los riñones biónicos, un proceso que podría llevar de tres a cuatro años. Mientras tanto, pacientes que lleva años esperando un trasplante de riñón, están ansiosos por ver avances que puedan mejorar su calidad de vida y aumentar sus posibilidades de recibir un trasplante.
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