La aplicación de ondas de ultrasonido de baja amplitud y alta frecuencia podría fragmentar un cálculo renal más rápido que los tratamientos existentes de alta amplitud y baja frecuencia.
Las ráfagas de ondas de ultrasonido podrían romper los cálculos renales en 10 minutos, ofreciendo potencialmente una forma más rápida y menos dolorosa de eliminar los cálculos en la orina sin cirugía.
Los cálculos renales son cristales que se forman cuando los productos de desecho de la sangre se acumulan en los riñones . Algunas personas los eliminan sin ninguna molestia, sin embargo, los cálculos pueden causar un dolor abdominal considerable si se atascan en los riñones o en el uréter, el pequeño conducto que conecta los riñones con la vejiga.
Los cálculos renales relativamente pequeños a menudo se tratan mediante litotricia por ondas de choque (SWL), que consiste en administrar ondas de ultrasonido de alta amplitud y baja frecuencia a un cálculo durante hasta una hora, generalmente mientras la persona está sedada. Esto fragmenta el cálculo para que pueda eliminarse más fácilmente en la orina. Los cálculos más grandes pueden requerir cirugía.
Jonathan Harper de la Universidad de Washington en Seattle y sus colegas han desarrollado un tratamiento menos doloroso que también utiliza ondas de ultrasonido, pero con una amplitud más baja y una frecuencia más alta, denominada litotricia por onda explosiva (BWL).
En su primer estudio en humanos, 19 personas con 25 cálculos renales entre ellos se sometieron a BWL por hasta 10 minutos. Alrededor del 90 por ciento del volumen de las piedras se fragmentó, de hasta 12 milímetros a menos de 2 milímetros. En SWL, alrededor del 60 por ciento de los cálculos generalmente se fragmentan a menos de 4 milímetros. Por lo general, se puede excretar un fragmento de 4 milímetros, pero de manera más dolorosa que con cálculos más pequeños.
“La litotricia de ondas de explosión tiene el potencial de administrarse en pacientes despiertos sin anestesia”
, dice Harper.
El miembro del equipo Michael Bailey , también de la Universidad de Washington, utilizó previamente ondas de ultrasonido para acercar los cálculos a la salida de los riñones, que espera combinar con BWL
“Comenzaremos un estudio en cualquier momento en la clínica donde la gente entra con cálculos, los rompemos y luego tratamos de sacarlos para que estén realmente libres del riñón cuando la persona se va”, dice.
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