
La medicina y la cirugía han sido impactadas significativamente por los avances de la realidad aumentada, presentando un papel innovador y de soporte en entornos quirúrgicos.
En los tiempos recientes, se ha generado mucho interés en las posibilidades de la inteligencia artificial y las últimas innovaciones tecnológicas aplicadas al ámbito sanitario. Entre estas tecnologías se destaca la Realidad Aumentada (AR por sus siglas en inglés), que ha traído consigo un cambio sustancial en términos de posibilidades, seguridad y eficacia en quirófanos.
¿Qué es la realidad aumentada?
La popularización de la realidad aumentada se aceleró con el fenómeno del juego Pokémon Go, que permitía a los usuarios encontrar personajes de la saga en distintas áreas urbanas mediante una aplicación de smartphone.
La realidad aumentada consiste en la incorporación de información adicional a un dispositivo, ya sea un smartphone o unas gafas, que capta y muestra la realidad a través de su cámara. Esta tecnología ofrece al usuario, a través del visor del dispositivo, una visualización enriquecida de lo que está observando, con la posibilidad de interacción.
“La realidad aumentada superpone imágenes al entorno real, creando una fusión entre elementos reales y virtuales”.
Al aplicar esta tecnología al campo de la medicina, la combinación de imágenes del mundo real con las virtuales, aportadas por dispositivos tecnológicos, ha creado una realidad mixta en tiempo real, transformando la dinámica hospitalaria. La industria sanitaria, conocida por su constante búsqueda de innovación, está adoptando esta tecnología para mejorar los procedimientos en quirófano.
En la actualidad, las gafas de realidad aumentada se están consolidando como una herramienta quirúrgica avanzada.
El potencial en entornos quirúrgicos

Las operaciones quirúrgicas requieren una coreografía precisa, donde el equipo médico, encabezado por el cirujano, debe mantener una sincronización absoluta. Las nuevas tecnologías en el campo de la salud están permitiendo a estos profesionales tomar decisiones críticas de manera más efectiva durante las intervenciones, gracias a las gafas de realidad aumentada. Estas gafas ofrecen desde la visualización de órganos en 3D hasta el monitoreo de las constantes vitales del paciente.
Las posibilidades son vastas: algunas plataformas permiten al cirujano controlar la información que aparece en sus gafas a través de gestos manuales o comandos de voz. De manera similar a distintos ángulos de cámara en una película en tiempo real, la pantalla virtual muestra modelos 3D obtenidos de imágenes de TAC del órgano intervenido, datos vitales y perspectivas de otros miembros del equipo, así como otros datos (imágenes de ecografías, rayos X, etc.).
Un campo que ha experimentado avances significativos es el de la degeneración macular, donde la realidad aumentada facilita el acceso a imágenes provenientes de TAC y otros formatos, mejorando la precisión de operaciones oculares delicadas.
Además, también ha impulsado la teleasistencia: otros cirujanos pueden asistir virtualmente a una operación, aconsejando al cirujano principal en la toma de decisiones. Donde la visión humana puede ser limitada, la tecnología puede suplirla mediante el uso de IA y aprendizaje automático, ofreciendo análisis en tiempo real y sugerencias, como posibles trayectorias para implantes.
Dentro del avance de la tecnología AR aplicada a los quirófanos, la visualización de modelos bidimensionales y tridimensionales de órganos durante las intervenciones quirúrgicas destaca como una terapia guiada por imágenes. Esto permite al equipo médico visualizar gráficos, números y textos sobre el paciente y su estado durante la cirugía, proyectados de manera semitransparente y en colores sobre el entorno real.