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La tecnología no mejoró lo que ya existía

La tecnología no mejoró lo que ya existía

El avance y la tecnología no siempre equivalen a una mejora sustancial. Un ejemplo de esto se evidencia al comparar Uber con los taxis tradicionales, todos los problemas que rodean actualmente al mundo del streaming en contraste con la televisión por cable, o el servicio deficiente que ocasionalmente brinda Airbnb al contrastarlo con los hoteles convencionales.

En un artículo publicado en Business Insider, se analizó estas promesas incumplidas en el ámbito tecnológico, llegando a una conclusión contundente: Silicon Valley no ha logrado superar los logros pasados.

La tecnología no cambió nada

La tecnología no mejoró lo que ya existía

Cuando las nuevas formas de consumo llegaron a nuestra vida, lo hicieron con una clara promesa: con la tecnología, todo será mejor. Han pasado varios años y nos hemos dado cuenta que no cumplieron con lo que prometieron.

Aunque es claro que el escenario es diferente para cada país o región del mundo, al menos, en Estados Unidos, las nuevas plataformas empeoraron los servicios que ya existían.

El mundo del streaming, por ejemplo, ofrece una perspectiva clara. Según el Financial Times, este otoño se espera que una selección de los principales servicios de tecnología de streaming en EE.UU. cueste $87, en comparación con los $73 del año anterior. Mientras tanto, el paquete promedio de televisión por cable tenía un costo de $83 al mes e incluía nombres como Netflix, Disney, Paramount, Max (HBO), Fox y deportes de alto calibre como la NFL o la NBA.

En búsqueda de mayores márgenes de ganancia, compañías como Netflix y Disney han estado elevando los precios. En la actualidad, los diferentes paquetes son igualmente confusos y problemáticos que los de televisión por cable, con un costo prácticamente iguales.

Uber y el problema del transporte

La tecnología no mejoró lo que ya existía

En el ámbito del transporte por carretera, estamos siendo testigos de un cambio de tecnología similar. Antes, la solución era simple: llegabas a una nueva ciudad y abordabas un taxi. Ahora, es imperativo llamar a empresas como Uber o Lyft, las cuales han desplazado a los servicios tradicionales de taxis en muchas ciudades alrededor del mundo, al mismo tiempo que han incrementado los precios de manera exorbitante.

Hace solo unas semanas, una anécdota protagonizada por el redactor jefe de Wired, Steven Levy, salió a la luz. Levy realizó un viaje en Uber de 3 km desde el centro de Nueva York hasta el West Side para encontrarse con Dara Khosrowshahi, el CEO de Uber. Cuando Levy preguntó a Khosrowshahi cuánto creía que era el costo del viaje, el CEO sugirió un precio de $20. Sin embargo, el costo real resultó ser más de la mitad de esa cifra, totalizando $51,69, incluida la propina para el conductor. Este dato dejó a Khosrowshahi sorprendido.

Escoger hotel sigue siendo más sencillo

La tecnología no mejoró lo que ya existía

Un caso similar y evidente se presenta en la comparación entre Airbnb y los hoteles tradicionales. Aunque en sus inicios Airbnb ofrecía una alternativa más económica al alojamiento turístico convencional, esta situación ha cambiado en los últimos años.

En el debate entre Airbnb y los hoteles, concluyó con una clara victoria para los últimos. Aunque los alquileres en Airbnb solían ser más asequibles y proporcionaban una manera única de conocer la localidad visitada, carecen de la seguridad, el ambiente y las comodidades que caracterizan a los hoteles. Además, en el caso de Airbnb, obtener un reembolso completo en caso de contratiempos es imposible, a diferencia de la mayoría de los hoteles que ofrecen esta opción mediante un pago ligeramente más alto que la tarifa básica. Por si esto fuera poco, Airbnb añade cargos adicionales como tasas de limpieza, algo que los hoteles no implementan.

En resumen, mientras que los hoteles son la elección preferida para estancias cortas, escapadas románticas de fin de semana y viajes de negocios, debido a su lujo y comodidad, las estancias en Airbnb podrían ser más adecuadas para viajeros a largo plazo que buscan un espacio que puedan considerar propio.

Recordemos que Airbnb comenzó como una plataforma para alquilar camas y habitaciones libres en hogares particulares como una opción asequible a los hoteles, pero ha evolucionado a lo largo del tiempo para convertirse en una plataforma más amplia de alojamiento privado. Así ha puesto énfasis en el alquiler de casas completas en lugar de solo habitaciones. Este enfoque ha llevado a la empresa a obtener su primer año rentable en 2022. Sin embargo, un problema inminente se cierne: los alquileres de las casas de Airbnb están experimentando un aumento constante en los precios, con un incremento promedio del 36% desde 2019.

En conclusión, los avances en tecnologías no han mejorado al mundo, como se prometió cuando todas estas plataformas comenzaron a aparecer hace unos años. A pesar de que se han apoderado del mercado actual, la realidad demuestra que el servicio es mucho peor.

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