Científicos han logrado enseñarle a un pequeño grupo de personas videntes, a navegar utilizando la eco-localización, un lenguaje sonar empleado por delfines y murciélagos.
Utilizando sonidos creados con la lengua, el grupo logró aprender a detectar el tamaño de habitaciones con una sorprendente precisión, algo que los investigadores no esperaban ver en personas nacidas con la vista.
Mientras que en el pasado se ha comprobado que las personas ciegas han podido utilizar la eco-localización, no estaba confirmado que las personas videntes pudiesen desarrollar dicha habilidad, debido a su total dependencia en la percepción visual.
“Nosotros pensábamos ‘Si son personas videntes, no podrá ser algo que podamos aprender, debido a que seremos muy malos en ello’” contaba Virgina Flanagin del Ludwig Maximilian University of Munich, en Alemania.
Pero los resultados mostraron lo opuesto, en un experimento que involucraba a 11 personas videntes y 1 persona ciega, el que tuvo mejor performance de los videntes pudo detectar solamente un 4% menos que la persona ciega.
Para lograr esto, el equipo de investigadores primero entrenó a los participantes en eco-localización colocándolos en una cámara anecóica y reproduciendo sonidos de clics previamente grabadas en edificios de la vida real.
Este cuarto no produce ecos por sí solo, por lo que los investigadores podían decirles a los participantes qué sonido se relacionaba con habitaciones largas o pequeñas, dándole la oportunidad de entender y notar las diferencias entre ambos dos.
Cuando terminaban el entrenamiento principal, el equipo los enganchaba en una máquina MRI, la cual estaba conectada a un modelo virtual en 3D de una capilla cercana.
Los voluntarios podían hacer el sonido con sus lenguas o la máquina lo hacía por ellos, referidos como eco-localización “activa” y “pasiva”, haciendo que ellos escucharan cómo esos sonidos hacían eco por la habitación.
El estudio fue realizado a un pequeño grupo de personas, por lo que no sabemos cómo sería esta interacción en masa, pero la sorpresa fue que las personas con vista también podían desarrollar dicha habilidad.
El estudio fue publicado en The Journal of Neuroscience