¿Sabías que los tardígrados hacen autoestop (piden aventones)? El problema es que el viaje tiene una desventaja considerable: puede ser mortal.

El tardígrado es una de las formas de vida más resistentes de la Tierra pero, a pesar de todas sus habilidades para desafiar a la muerte (pueden sobrevivir a temperaturas extremas, ya sea congelación o agua hirviendo, a la inanición, a cantidades masivas de radiación, a un disparo…) también tienen su punto débil: sus patitas rechonchas les impiden moverse grácilmente, lo que, acompañado de su pequeño tamaño, provoca que les resulte casi imposible viajar muy lejos a menos que… hagan autoestop o pidan aventón. Aunque este tipo de transporte pueda ser, en algunos casos, un viaje mortal para los casi indestructibles tardígrados.
¿Me lleva?
Un nuevo estudio publicado en Scientific Reports sugiere que los pequeños y regordetes tardígrados podrían superar su impotencia locomotora haciendo autoestop en animales más “veloces” que ellos: en caracoles. Eso sí, el viaje a bordo de esta montura que pudiera parecernos lenta puede ser más seguro que ser arrastrado por el viento o por animales más grandes si se trata del caparazón, pero si se apoyan en la baba de los caracoles, mueren asfixiados.
Es la kryptonita de los tardígrados: la baba de los caracoles.
Con una anatomía similar a las orugas o las cochinillas y un tamaño de apenas una fracción de milímetro, los tardígrados dependen de la ayuda de factores externos para reubicarse debido a que solo pueden recorrer distancias muy cortas por sí mismos.
En el nuevo estudio dirigido por la Universidad Adam Mickiewicz en Polonia, los científicos descubrieron que estas fascinantes criaturas pueden viajar largas distancias aferrándose a los cuerpos de animales más grandes y móviles, pero estas criaturas microscópicas se asfixan al ser expuestas a la baba de caracol.
En un experimento en laboratorio, en el que colocaron varios tardígrados en placas de Petri, los deshidrataron y después de siete días hicieron tres distinciones, añadiendo caracoles a las placas de Petri, caracoles y musgo o solo tardígrados. En algunas placas, los tardígrados podían acurrucarse dentro de una almohada de musgo, mientras que otros contenían nada más que gotas de agua para que las diminutas criaturas flotaran. Después de tres días, los investigadores comprobaron cuántos tardígrados permanecían en el mismo lugar y cuántos de ellos se movían. Descubrieron que los tardígrados solo dejaron su ubicación original en la caja con caracoles pero sin musgo.

Los autores encontraron que el 98% de las criaturas que no estuvieron expuestas al moco de caracol sobrevivieron, en comparación con el 34% de los tardígrados que estaban cubiertos por ella.
Los científicos concluyeron, por tanto, que los caracoles pueden servir de gran ayuda a los tardígrados para recorrer largas distancias, pero los gasterópodos también afectan negativamente a los tardígrados al reducir sus posibilidades de supervivencia. Sea como fuere, como los tardígrados se reproducen asexualmente, conque sobreviva uno es suficiente para establecer una nueva población, por lo que el viaje de los caracoles podría seguir siendo un medio viable para que los tardígrados pueblen nuevos hábitats a pesar de las posibilidades de no poder terminar el viaje.
Los tardígrados solo pudieron escapar de sus cajas de silicona cuando estaban en presencia de caracoles, y ninguno logró escapar cuando los caracoles estaban ausentes. “Por lo tanto, asumimos que los caracoles fueron los responsables del transporte tardígrado”, escriben los investigadores.
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