Una curiosidad acerca de los wombats es que sus excrementos son casi cúbicos, del tamaño y la forma de los dados, las únicas cacas prismáticas conocidas en el mundo.
De hecho, los wombats son los únicos animales que los científicos han encontrado que pueden producir cubos de forma natural.
Se cree que la forma de su excremento ayuda a los wombats a marcar su territorio, al permitirles producir pilas altas que no ruedan por las laderas empinadas de su hábitat.
Desde hace un tiempo ya, los biólogos han tenido una explicación de por qué esto es así, pero ahora han explicado principalmente el cómo.
New research – published today in our aptly named journal @SoftMatter, digests previous work demonstrating that wombat poo forms its distinctive shape within the wombat’s intestines, not at the, er, point of exit as previously thought. @ScienceMagazinehttps://t.co/9K6QRwkDPn
— Royal Society of Chemistry (@RoySocChem) January 28, 2021
En 2018, disecaron con mucho cuidado el intestino de un wombat primero científicos en Tasmania y posteriormente en los Estados Unidos.
La disección mostró una clara progresión de materia fangosa a una estructura dura de seis lados con esquinas afiladas.
Parecía que estos cubos se estaban formando incluso antes de que el wombat los expulsara.
Más tomografías computarizadas en un wombat adulto vivo confirmaron que este animal no tiene un ano de forma cuadrada; es tan redondo como los de otros animales.
Resulta que todo está en el intestino. Usando dos nuevas disecciones de wombat y modelos matemáticos, han descubierto:
- El intestino del wombat es inusualmente largo, hasta nueve metros de largo. Estas criaturas tardan muchas veces más en absorber toda la nutrición y el agua de su comida, a veces hasta cinco días.
- Las heces de wombat son casi dos veces más secas que las de los humanos, y esto podría ser lo que les ayude a sobrevivir a las sequías en la selva australiana.
- Usando un globo para inflar ciertas partes del intestino, los investigadores notaron diferentes niveles de grosor y rigidez en algunos tejidos y músculos.

En la práctica, esto significaba que partes de la circunferencia del intestino se contraían de manera diferente, en parte debido al diferente grosor de los músculos.
Las partes apretadas se contrajeron rápidamente, empujando la caca con más fuerza, mientras que las partes más blandas se contrajeron más lentamente, moldeando las esquinas.
Al crear un modelo simple del intestino, los autores encontraron esquinas formadas en menos de 10 ciclos de contracción.
Las disecciones muestran que los cubos se forman solo en el último 17 por ciento del intestino.
El estudio fue publicado en Soft Matter.