El abismo inexplorado que yace en las profundidades de nuestro planeta ha sido siempre un objeto de fascinación y misterio para los científicos. Ahora, se han descubierto dos colosales estructuras, conocidas como ‘Entidades de Baja Velocidad de Corte’ (LLSVPs por sus siglas en inglés), alojadas en el manto inferior de la Tierra, alrededor del núcleo.
Constituyendo entre el 3 y el 9% del volumen total de la Tierra, estos ‘monstruos subterráneos’ han sido detectados bajo África y el Pacífico, y presentan un enigma intrigante para los geocientíficos.
Lamentablemente, la indomable naturaleza del núcleo terrestre ha impedido hasta ahora un examen directo. La única ‘puerta al infierno’ que hemos perforado hasta el momento solo alcanzó los 12,263 metros (40,230 pies), lo que queda muy lejos de desentrañar los secretos del manto y del núcleo de la Tierra. Sin embargo, al monitorizar las ondas sísmicas generadas por los terremotos, los científicos han podido esbozar un mapa detallado de estas entidades escondidas, gracias a una técnica conocida como tomografía sísmica.
Estas ondas de energía sísmica se desplazan a través de diferentes tipos de rocas y líquidos a velocidades variadas, proporcionando pistas valiosas sobre la composición de la Tierra. Fue este método el que permitió el descubrimiento de las LLSVPs, donde las ondas viajan más lentamente que en el resto del manto inferior.
Lo que exactamente constituyen estos ‘gigantes enigmáticos’ aún es incierto. Pero la evidencia apunta a que están hechos de un material diferente y más denso que el manto circundante. Una teoría sugiere que las LLSVPs son acumulaciones de corteza oceánica que ha sido subducida y acumulada durante mil millones de años.
Sin embargo, la hipótesis más tentadora y deslumbrante es que estas estructuras son restos de un antiguo planeta. Algunos científicos postulan que las LLSVPs son fragmentos de Theia, un planeta hipotético del tamaño de Marte que chocó contra la Tierra hace 4.5 mil millones de años, un evento cataclísmico que teóricamente formó nuestra Luna.
Aunque el verdadero origen y naturaleza de estos ‘monstruos subterráneos’ siguen siendo un enigma, las técnicas para explorar el interior de nuestro planeta continúan evolucionando. Con el tiempo, confiamos en que estos titanes terrestres escondidos dejarán de ser simples sombras misteriosas para ser reconocidos por lo que realmente son, un fascinante capítulo en la crónica geológica de la Tierra.
En 2021, un equipo simuló esta hipótesis, encontrando que el manto de Theia podría haber sobrevivido si fuera solamente 1.5 a 3.5 por ciento más denso. Si esta teoría se confirmara, significaría que estos ‘gigantes subterráneos’ son testigos silentes de un violento baile cósmico que ocurrió en los albores del sistema solar.
