La rareza genética de la Tribu Vadoma de Zimbabwe: ¿un obstáculo o una ventaja?

En el corazón de Zimbabwe se encuentra la tribu Vadoma, una comunidad de cazadores-recolectores que ha llamado la atención de científicos y periodistas de todo el mundo debido a su singularidad genética. Esta Tribu es conocida por su rara condición física llamada síndrome de pie de avestruz, que se caracteriza por la ausencia de los dedos del medio en los pies, lo que les da la apariencia de tener solo dos dedos.

El nombre científico para la malformación en los dedos del pie que presenta la tribu Vadoma es ectrodactilia, según estudios científicos recientes, la causa de esta malformación es una mutación genética autosómica dominante en el cromosoma 7 que se transmite de generación en generación. Aproximadamente uno de cada cuatro niños nacidos en la tribu Vadoma tiene esta condición. A pesar de sus aparentes discapacidades físicas, los miembros de la tribu Vadoma no se consideran discapacitados, sino que valoran su singularidad y han aprendido a adaptarse a su entorno.

A pesar de esta condición, los miembros de la tribu Vadoma no se consideran discapacitados y ven su condición como algo normal, creen que esta peculiaridad anatómica les proporciona habilidades para escalar árboles con rapidez y suavidad. Incluso toman medidas para mantener su genética única, ya que su cultura no permite matrimonios fuera del grupo, lo que ha ayudado a mantener esta condición genética dentro de la tribu.

Hablan el idioma local Dema y creen que sus antepasados descendieron de los árboles para cazar y recolectar frutas. La tribu se dedica principalmente a la caza y recolección de frutas para su subsistencia, y se enorgullece de su estilo de vida nómada. Sin embargo, la presión del aumento de la caza furtiva en su región ha llevado a la tribu a ser objeto de diversas atrocidades por parte de los cazadores furtivos.

La tribu Vadoma es un ejemplo fascinante de cómo una mutación genética puede dar lugar a una comunidad con características físicas únicas. Su historia nos recuerda la diversidad y resiliencia de la humanidad, y nos invita a apreciar y respetar la singularidad de cada cultura y comunidad.