A pesar de que a la mayoría de los padres les molesta que sus hijos se chupen el dedo o muerdan las uñas puede que haya un beneficio en este comportamiento. En una investigación realizada en Canadá y Nueva Zelanda, al estudiar a más de 1000 niños encontraron que los que se chupaban el dedo o mordían las uñas eran menos propensos a desarrollar sensibilidades y alergias. Los datos fueron recabados del estudio Multidisciplinario de Dunedin quien ha dado seguimiento a 1,037 participantes nacidos entre 1972-1973 en Nueva Zelanda.
Malcom Sears de la Universidad McMaster de Canadá comentó: “Nuestros descubrimientos son consistentes con la teoría de higiene en la que la exposición temprana a la suciedad o gérmenes reduce el riesgo de desarrollar alergias, si bien no se recomienda que se alienten estos hábitos, parece haber un lado positivo.”
Los niños del proyecto tenían sus hábitos de chuparse el dedo y morderse las uñas a los 5, 7, 9, y 11 años, y luego a los 13 y 32 se les hizo una prueba cutánea de sensibilización atópica, para ver si eran alérgicos a por lo menos un alérgeno común, como los ácaros del polvo, hierba, o los animales domésticos.
De los 1013 niños estudiados 31% (317) de los niños tenían al menos un hábito oral. A los 13 años de edad que se realizó la prueba atópica, el 45% mostró sensibilización atópica. La prevalencia de la sensibilización era menor en los que tenían un hábito oral, un 38% en comparación con un 49% de los que no tenían hábitos orales. Entre los que tenían ambos hábitos, sólo el 31% tenía alergias. Esta tendencia se mantuvo hasta la edad adulta, y no mostró diferencias en función del consumo de tabaco en el hogar, la propiedad de los gatos o perros; o la exposición a los ácaros del polvo.
Los científicos no pueden explicar completamente los hallazgos, y desconocen cuáles podrían ser las bacterias benéficas. Pero este estudio da más peso al argumento de que la exposición temprana a microrganismos ayuda a fortalecer al sistema inmune por lo que se desarrollan menos alergias.