- Las medidas del dióxido de carbono atmosférico en el Observatorio Mauna Loa alcanzaron un pico estacional de 417.1 partes por millón para 2020 en mayo.
- 2.4ppm más que el pico de 2019.
En mayo del presente año las medidas del dióxido de carbono atmosférico tomadas en el Observatorio Mauna Loa alcanzaron un pico estacional de 417.1 partes por millón, la lectura mensual más alta que se ha registrado desde que comenzaron a medirla, comentaron científicos de la NOAA y el Instituto de Oceanografía Scripps de la Universidad de California en San Diego.
Esta es la lectura mensual más alta de CO2 atmosférico jamás registrada, 2.4ppm más que el pico de 2019.
“El progreso en la reducción de emisiones no es visible en el registro de CO2”, dijo Pieter Tans, científico del Laboratorio de Monitoreo Global de NOAA.

Aunque los humanos dejemos de emitir CO2 súbitamente, tendrían que pasar miles de años para que nuestras emisiones de CO2 puedan absorberse en el océano y el las medidas de CO2 atmosférico vuelvan a los niveles preindustriales.
A pesar de la pandemia mundial de Covid-19 causó una reducción económica global en todos los sectores, y de que las emisiones en la mayoría de los sectores humanos fueron mucho más pequeñas en 2020. Esto no se refleja actualmente en la medición de Mauna Loa y no hace ninguna diferencia a largo plazo correr. Si bien la reducción fue dramática en marzo, abril y mayo, no es una tendencia a largo plazo, y con la flexibilización de las medidas de bloqueo en los intentos de reiniciar las economías de todo el mundo, es poco probable que se lleve a cabo.
“La gente puede sorprenderse al escuchar que la respuesta al brote de coronavirus no ha hecho más para influir en los niveles de CO2. Pero la acumulación de CO2 es un poco como la basura en un vertedero. A medida que seguimos emitiendo, se sigue acumulando. La crisis ha ralentizado las emisiones, pero no lo suficiente como para ser perceptiblemente en Mauna Loa. Lo que importará mucho más es la trayectoria que tomamos al salir de esta situación ” comentó el geoquímico Ralph Keeling, director del programa de Oceanografía Scripps en Mauna Loa.