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Williamina Fleming: Una empleada doméstica que descubrió cientos de estrellas y nebulosas

Williamina Fleming: Una empleada doméstica que descubrió cientos de estrellas y nebulosas

Dejar de limpiar casas para comenzar a realizar ecuaciones matemáticas en el mundo de la astronomía. A finales del siglo XIX, esta no habría sido una elección muy popular entre los jóvenes, sin embargo, fue la decisión que le brindó una oportunidad única a una joven que cambió la astrofísica y descubrió decenas de nebulosas y cientos de estrellas. Ella fue Williamina Fleming, y esta es su historia.

Williamina Fleming, la astrónoma que revolucionó todo

Williamina Fleming: Una empleada doméstica que descubrió cientos de estrellas y nebulosas

Nacida en 1857, Williamina Fleming fue una mujer escocesa que, a los 19 años, dejó todo en su país natal para comenzar de cero junto a su marido en Boston, Massachusetts. En Dundeee, su pueblo natal, ejercía como profesora y así fue como conoció a James Fleming, su esposo. Un contable viudo 15 años mayor que ella.

Dos años más tarde de su traslado a Estados Unidos, Williamina Fleming la abandonó embarazada sin ningún tipo de apoyo. Sin embargo, Williamina no se amilanó y comenzó a buscar empleo, de cualquier tipo, y la suerte estuvo de su lado cuando consiguió trabajo como empleada doméstica. Nadie sospecharía que esta situación la llevaría a grabar su nombre en la historia.

Por cosas del destino, esta madre desamparada terminó trabajado para el profesor Edward Charles Pickering. Pickering era un reconocido profesor de física y director del Observatorio de Harvard, además de dirigir un equipo exclusivamente masculino que lo ayudaba con los cálculos rutinarios y tareas administrativas. Como buen observador que era, pudo apreciar desde el primer momento que Williamina Fleming era estudiada y muy inteligente. De ahí, nació su frase más célebre:

“Incluso ¡Mi doncella podría hacer un mejor trabajo!

Un nuevo universo de estrellas

Williamina Fleming: Una empleada doméstica que descubrió cientos de estrellas y nebulosas

Después de regresar de Escocia, donde dio a luz a su hijo Edward en 1881, Williamina empezó a trabajar con la “calculadora humana” en el observatorio que dirigía Pickering, sustituyendo a los asistentes que tantos quebraderos de cabeza le habían generado al profesor. Una vez ahí, demostró un talento abrumador en el campo científico, identificando más de 10.000 estrellas y ampliando la clasificación usada para ese entonces. Introdujo un nuevo esquema organizativo basado en 16 tipos, que asignaba una letra a cada estrella (de la A a la Q, omitiendo la J) según la cantidad de hidrógeno que se podía ver en su espectro.

Esta obra se publicó en 1890, en la primera entrega del catálogo de Henry Draper, que adoptó el nombre de la persona de quien procedía la financiación, convirtiéndose en una de las muchas aportaciones de Williamina Fleming al campo de la astronomía. Aunque su nombre no figura como la autora, Pickering la citó en las páginas interiores y reconoció públicamente que ella era la creadora del nuevo sistema. El trabajo de Fleming es la base de la clasificación espectral que se usa en la actualidad.

Computadoras humanas de Harvard

Williamina Fleming: Una empleada doméstica que descubrió cientos de estrellas y nebulosas

Tan excepcional fue la experiencia de Fleming con su pareja, que contrató a nueve mujeres más para que lo ayudaran a realizar cálculos y clasificar los espectros en placas fotográficas. Este grupo de mujeres matemáticas pasó a la historia cómo “Las Computadoras de Harvard”, entre las que se encuentran otras astrónomas relevantes, como Antonia C. Maury y Annie J. Cannon, quienes reordenaron los grupos espectrales y clasificaron muchísimas estrellas.

A lo largo de su carrera, Williamina descubrió 59 nebulosas gaseosas, más de 310 estrellas variables y 10 novas. Uno de sus mayores logros fue el descubrimiento de la Nebulosa Cabeza de Caballo en la constelación de Orión en 1888, que más tarde se conoció como IC 434. Fue nombrada curadora de la colección fotográfica del Observatorio Astronómico, miembro honorario de la Real Sociedad Astronómica de Londres y, previo a su muerte, recibió la medalla Guadalupe Almendaro de la Sociedad Astronómica de México.

En un mundo donde los hombres eran quienes gobernaban, Williamina Fleming llegó a romper la historia y superar todos los obstáculos con su ingenio e inteligencia. Alcanzó el lugar que le correspondía en la ciencia y su nombre quedó grabado en la historia de toda la comunidad científica.

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