Hay ocasiones en la que vemos algo que es tan sorprendente, que llegamos a un punto en el que, sencillamente, no podemos creerle a nuestros ojos. Lo que observamos está ahí, frente a nosotros, pero nuestro cerebro sabe que algo no está bien, que no es correcto.
Este efecto es conocido como ilusión de la verdad, y ocurre debido a un fallo en nuestro procesamiento de la realidad. Tenemos la tendencia a etiquetar como verdadero aquello que nos resulta más familiar, lo que vemos con nuestros ojos. Por lo tanto, cualquier información relacionada con algo que ya conocemos nos parece más veraz.
El siguiente video lo explica perfectamente, a través de un experimento que te sorprenderá.