Una reciente oleada de noticias ha devuelto al centro del debate al Sudario de Turín. Un estudio italiano de 2022 ha vuelto a cobrar notoriedad al afirmar que esta controvertida reliquia data de hace 2.000 años, en tiempos de Jesús. Sin embargo, aún hay razones para ser cautelosos.
Qué es el Sudario de Turín y por qué es tan controvertida

El Sudario de Turín es un lienzo de lino que muestra la silueta difusa de un hombre aparentemente crucificado. Desde hace siglos, ha sido venerada por muchos creyentes como el sudario que envolvió a Jesús tras su muerte. Sin embargo, la ciencia y la fe han estado en conflicto constante sobre su autenticidad.
El primer registro histórico del Sudario de Turín se remonta a 1354, cuando apareció en una iglesia de Lirey, Francia, sin explicación clara sobre cómo había llegado allí. En 1389, el obispo de Troyes la calificó abiertamente como un fraude, afirmando que un artista confesó haberla pintado. Aun así, durante siglos, clérigos, peregrinos e incluso papas han defendido su autenticidad.
En 1988, tres laboratorios distintos realizaron pruebas de datación por radiocarbono. Los resultados fueron claros: la tela había sido fabricada entre los años 1260 y 1390, es decir, más de mil años después de la crucifixión. Ese resultado fue un golpe para quienes sostenían que la sábana era un objeto bíblico auténtico.
El nuevo estudio italiano y su inesperado impacto mediático

El reciente interés por el Sudario de Turín fue provocado por un estudio realizado en 2019 y publicado en 2022 por Liberato De Caro y su equipo del Instituto de Cristalografía de Bari. Utilizando una técnica avanzada llamada dispersión de rayos X de ángulo amplio, el equipo concluyó que las fibras del lino podrían tener una antigüedad de unos 2.000 años.
La clave del argumento es que la celulosa del tejido habría envejecido lentamente debido a que la sábana fue conservada en lugares de baja temperatura y humedad moderada durante más de un milenio antes de ser registrada históricamente. Según los investigadores, eso explicaría por qué el análisis del carbono 14 de 1988 subestimó su antigüedad.
Sin embargo, esta hipótesis se basa en una condición crítica: que el Sudario de Turín haya estado almacenada en condiciones estables —22 °C y 55 % de humedad— durante más de 1.300 años. Un supuesto difícil de verificar con exactitud, y que plantea muchas preguntas.
Controversias anteriores y la necesidad de mayor rigor

Aunque el nuevo estudio ha sido recibido con entusiasmo por algunos sectores, los antecedentes de De Caro invitan a la precaución. En 2018, él y otros colegas publicaron un artículo en PLOS One que fue posteriormente retractado por falta de controles científicos y por no declarar posibles conflictos de interés.
Ese estudio afirmaba haber encontrado rastros biológicos compatibles con una persona sometida a tortura y crucifixión. Sin embargo, no solo fallaba en su metodología, sino que el origen de las fibras analizadas provenía de una organización con intereses claros en validar la autenticidad de la sábana: la Shroud of Turin Education and Research Association. El conflicto de intereses era evidente.
Nada de esto desacredita automáticamente el nuevo estudio de 2022, pero sí resalta la necesidad de análisis independientes y reproducibles. Para afirmar con seguridad que la Sudario Santo data del siglo I, se requiere mucho más que una técnica innovadora: hace falta consenso científico, transparencia y replicación.
El Sudario Santo de Turín sigue fascinando al mundo. Es uno de los objetos religiosos más estudiados, venerados y disputados de la historia. Si bien nuevas técnicas pueden aportar luz sobre su origen, las pruebas aún no son concluyentes.
Referencia:
- MDPI/X-ray Dating of a Turin Shroud’s Linen Sample. Link
- Nature/Radiocarbon dating of the Shroud of Turin. Link
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