El ejercicio es de vital importancia para las personas con diabetes, ya que contribuye significativamente a controlar los niveles de azúcar en sangre, lo cual es crucial para controlar esta enfermedad.

Se ha demostrado que el ejercicio regular, aunque sólo sea 30 minutos al día durante cinco días a la semana, tiene un efecto positivo en el control de la glucemia.
Los estudios han demostrado que mantener un régimen de ejercicio durante sólo ocho semanas puede llevar a niveles de azúcar en sangre similares a los que se consiguen con los medicamentos para la diabetes.
En la diabetes, el cuerpo no produce insulina o no la utiliza eficazmente. La insulina desempeña un papel fundamental a la hora de ayudar a las células a absorber la glucosa (azúcar) del torrente sanguíneo para obtener energía.
La diabetes no controlada puede dar lugar a diversas complicaciones graves para la salud, lo que subraya la importancia de mantener unos niveles saludables de azúcar en sangre.
Diferentes formas de ejercicio son beneficiosas para las personas con diabetes. Los ejercicios cardiovasculares que elevan significativamente el ritmo cardiaco, como caminar a paso ligero, correr, nadar y montar en bicicleta, pueden ser eficaces.
Además, el entrenamiento de resistencia, que incluye ejercicios con el peso corporal, pesas libres y máquinas de gimnasio, es esencial. Aumentar la masa muscular es especialmente ventajoso porque los músculos pueden absorber eficazmente el azúcar de la sangre y utilizarlo como fuente de energía.
La combinación de ejercicios cardiovasculares y de resistencia es una poderosa estrategia para controlar la diabetes y mantener los niveles de azúcar en sangre dentro de unos márgenes saludables.
Es un componente esencial del tratamiento de la diabetes que puede contribuir a mejorar la salud y el bienestar generales de quienes la padecen.