La curiosa planta Sapria himalayana se caracteriza por su peculiar aspecto, y es que parece sacada de una película de ciencia ficción. Se puede encontrar en el sudeste asiático y su flor moteada de rojo y blanco es del tamaño de un plato. No tiene raíces ni tallos propias.
Sapria es una planta endoparásita, depende completamente de un anfitrión para sobrevivir. La mayor parte de su vida se encuentran ocultas en lianas para después brotar sin aviso previo. Su olor a carne o fruta podrida atrae moscas, mismas que sirven como transporte para propagarse a otro sitio a través de la polinización.
Estas curiosas características, la vuelven objeto de estudio por ser catalogadas como un misterio genético.
¿Cómo sobreviven?
Al no tener un cuerpo tradicional, las plantas pasan la mayor parte de su vida dentro de sus huéspedes, y no tienen el organismo necesario para realizar el proceso de fotosíntesis.
Un análisis genético realizado por investigadores dirigidos por Harvard reveló la pérdida de genes y grandes cantidades de genes robados de sus huéspedes antiguos y modernos. Esto brinda información sobre la cantidad y el tipo de genes que se necesitan para ser un endoparásito.
Lo más relevante es la gran cantidad de pérdida de genes que experimentó Sapria cuando abandonaron sus cuerpos y se adaptaron para convertirse en endoparásitos. la mayoría de los genes que se encuentran en las plantas con flores están ausentes en Sapria. Muchos de los genes perdidos incluyen los genes responsables de la fotosíntesis, que convierte la luz en energía.
También identificaron docenas de genes que ingresaron al genoma de Sapria a través de un proceso llamado transferencia genética horizontal en lugar de la transmisión tradicional de padres a hijos. Básicamente, significa que Sapria robó este ADN de su anfitrión en lugar de heredarlo de su padre.
El siguiente gráfico Ilustra cómo la Sapria ha robado genes de sus antiguos huéspedes y poniéndolos en su propio genoma durante millones de años.