Los estudios iniciales de la muestra del asteroide Bennu, de 4.500 millones de años de antigüedad, recolectada en el espacio y traída a la Tierra por la NASA, muestran evidencia de un alto contenido de carbono y agua, que en conjunto podrían indicar que los componentes básicos de la vida en la Tierra se pueden encontrar en la roca.

La NASA compartió una emocionante noticia desde su Centro Espacial Johnson en Houston, que podría revolucionar nuestra comprensión de la vida en la Tierra y más allá. Se revelaron los resultados iniciales de la muestra del asteroide Bennu, una reliquia de 4.500 millones de años traída desde el espacio. Este asombroso logro fue posible gracias a la misión OSIRIS-REx (Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification and Security – Regolith Explorer) de la NASA, que se embarcó en una ambiciosa misión para recolectar muestras de un asteroide rico en carbono llamado Bennu. La muestra del asteroide, la más grande jamás traída a la Tierra, ha abierto una ventana a la exploración de la vida y la formación de nuestro sistema solar.
El viaje de OSIRIS-REx comenzó en septiembre de 2016, cuando fue lanzada desde la Tierra para encontrarse con el asteroide Bennu. Durante más de dos años, la sonda espacial estudió y mapeó el asteroide antes de realizar una delicada maniobra de recolección de muestras en octubre de 2020. Después de recoger las muestras, emprendió un viaje de regreso a la Tierra que culminó en septiembre de 2023, cuando la cápsula de retorno de muestras aterrizó en el desierto de Utah.
“Casi todo lo que hacemos en la NASA busca responder preguntas sobre quiénes somos y de dónde venimos. Las misiones de la NASA como OSIRIS-REx mejorarán nuestra comprensión de los asteroides que podrían amenazar a la Tierra y, al mismo tiempo, nos permitirán vislumbrar lo que hay más allá. La muestra ha regresado a la Tierra, pero aún queda mucha ciencia por hacer: ciencia como nunca antes habíamos visto”.
Bill Nelson, Administrador de la NASA
Una de las sorpresas iniciales que los científicos se encontraron al abrir el recipiente de muestras fue la presencia de más material del asteroide de lo esperado. Este exceso de material, que cubría el exterior del cabezal del colector, la tapa del recipiente y la base, fue un desafío inesperado para el equipo. A pesar de este contratiempo, la NASA está comprometida en preservar estas muestras para investigaciones futuras.
“Hemos tenido científicos e ingenieros trabajando codo a codo durante años para desarrollar cajas de guantes y herramientas especializadas para mantener el material del asteroide prístino y conservar las muestras para que los investigadores de ahora y de las próximas décadas puedan estudiar este precioso regalo del cosmos”.
Vanessa Wyche, Directora de NASA Johnson
Los análisis iniciales realizados en las dos primeras semanas de estudio proporcionaron una visión temprana de la composición de las muestras. Se utilizaron diversas técnicas, como microscopía electrónica de barrido, mediciones infrarrojas, difracción de rayos X y análisis de elementos químicos para estudiar el material. Además, se aplicó tomografía computarizada de rayos X para crear modelos en 3D de las partículas, lo que permitió identificar la diversidad en el interior de las muestras. Los resultados son prometedores, y la evidencia de abundante carbono y agua en el asteroide sugiere que estos elementos pueden ser más comunes en el espacio de lo que se pensaba.
“A medida que observamos los antiguos secretos preservados dentro del polvo y las rocas del asteroide Bennu, estamos desbloqueando una cápsula del tiempo que nos ofrece conocimientos profundos sobre los orígenes de nuestro sistema solar. La abundancia de material rico en carbono y la abundante presencia de minerales arcillosos acuíferos son solo la punta del iceberg cósmico. Estos descubrimientos, posibles gracias a años de colaboración dedicada y ciencia de vanguardia, nos impulsan en un viaje para comprender no solo nuestro vecindario celestial sino también el potencial para el comienzo de la vida. Con cada revelación de Bennu, nos acercamos más a desentrañar los misterios de nuestra herencia cósmica”.
Dante Lauretta, Investigador principal de OSIRIS-REx en la Universidad de Arizona
Los próximos dos años serán cruciales para la misión OSIRIS-REx, ya que el equipo científico continuará caracterizando las muestras y realizando los análisis necesarios para cumplir los objetivos científicos de la misión. Al menos el 70% de la muestra se preservará en el Centro Espacial Johnson para futuras investigaciones por parte de científicos de todo el mundo, incluyendo las generaciones futuras de investigadores. La trascendencia de esta misión no se limita a los Estados Unidos, ya que un grupo de más de 200 científicos de todo el mundo participarán en la exploración de las propiedades del regolito del asteroide Bennu.