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Keith Sapsford: la historia de una de las fotografías más trágicas

Imagina que eres un fotógrafo aficionado que está tomando fotografías del aeropuerto. Estás lanzando varias capturas, buscando que alguna valga la pena. Cuando revelas el rollo y estás ojeando las imágenes, te percatas de una que te helará la sangre y, en ese momento, sabes que nunca podrás sacártela de la memoria: Keith Sapsford cayendo al vacío desde un avión.

Esta es la historia de un jovencito de 14 años que subió de polizón a un avión en Australia, el 22 de febrero de 1970. Sin embargo, su búsqueda de aventuras y nuevos horizontes, lo llevarían a su fatídico final y a ser el protagonista de una de las fotografías más impresionantes de la historia.

La historia de Keith Sapsford

Keith Sapsford: la historia de una de las fotografías más trágicas de la historia.
Lugar donde se escondió Keith Sapsford.

Keith nació en 1956, creció en el barrio de Randwick, en los suburbios de Sydney. Su padre, Charles Sapsford, era profesor universitario de ingeniería mecánica e industrial. Según contó, su hijo era un chico muy curioso que siempre estaba en movimiento.

Antes del fatídico día, el adolescente y su familia habían hecho un viaje al extranjero para satisfacerlo. Pero, al regresar, Keith se vio abatido al saber que el viaje había terminado. Parecía que Australia no era lo suficientemente grande para él.

Claramente, la familia no sabía qué hacer, por lo que decidieron ponerle un régimen disciplinario, con la esperanza de que se calmara. Así, llevaron al chico a Boys’ Town, una institución católica romana al sur de Sydney, que se especializaba en niños con diferentes problemas de conducta.

Sin embargo, todo empeoró. La abrumadora pasión por la aventura y los viajes de Keith Sapsford no cedió y, un día, escapó del instituto. No se sabe realmente si sabía a donde llegaría o no, pero se subió por uno de los huecos de la rueda de un avión con destino a Japón, lo que desencadenaría su muerte.

La muerte del niño aventurero

Keith Sapsford: la historia de una de las fotografías más trágicas de la historia. Crédito: John Gilpin
Avión Douglas DC-8 en el aeropuerto de Sydney.

Keith Sapsford estuvo un par de días huyendo, hasta que alcanzó el aeropuerto de Sydney. En ese momento, las regulaciones no eran tan estrictas, por lo que los trabajadores no le prestaron tanta atención a un chico solo. Así, consiguió escabullirse con facilidad a la pista.

Fue de esta manera, que el chico localizó un Douglas DC-8 que se preparaba para el abordaje y tomó la oportunidad.

También se conoce que el avión tardó un par de horas en despegar, con Sapsford dentro del comportamiento. Finalmente, cuando tomó vuelo, el avión reabrió el compartimiento para retraer las ruedas y pasó lo obvio: el pequeño se precipitó al vacío, en una caída de más de 60 metros de altura.

Al investigar lo sucedido, los peritos encontraron las huellas de manos y pies, así como hilos de la ropa del muchacho. Estaba claro que había pasado sus últimos momentos dentro del compartimiento.

Pero, lo más trágico fue que, así no se hubiese caído, es poco probable que Keith Sapsford hubiese sobrevivido. La temperatura helada y la falta de oxígeno lo habrían abrumado. Después de todo, el chico solo vestía y una camisa manga corta y pantalones cortos.

Una fotografía para la historia

Keith Sapsford: la historia de una de las fotografías más trágicas de la historia
La fotografía continúa generando polémica en todo el mundo. Créditto: John Gilpin

Quizás fue simple casualidad, pero ese día, John Gilpin, estaba realizando fotografías en el mismo lugar. Simplemente, estaba tomando varias capturas del aeropuerto, de las personas, de los aviones despegando o tomando vuelo. Tenía la esperanza de capturar, al menos, un par que valieran la pena.

Jamás imaginaría que una de esas imágenes, tomaría el momento exacto en el que Keith Sapsford se precipitaba al vacío, hacia una muerte instantánea. Una foto que, efectivamente, se convertiría en una de las más famosas de la historia.

Una semana después del incidente, Gilpin se dio cuenta de lo que había captado durante su tranquila sesión fotográfica. Reveló las fotos en paz y, en un momento dado, notó la silueta de un niño en el aire, justo al lado de un avión. El chico tenía las manos alzadas, como si buscaba aferrarse a algo.

La foto ha generado mucha polémica desde entonces. Un recuerdo escalofriante de como la vida de un joven terminó de forma fatal. Además, de mostrarnos los peligros de ser un polizonte en vuelos comerciales.

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