Japón vertirá agua radiactiva en el océano Pacífico en el 2023.

La OIEA anunció el envío de muestras del agua radiactiva tratada de Fukushima a Europa para sus respectivos análisis.

 

Tanques de almacenamiento de agua radiactiva en la planta de energía nuclear de Fukushima, Japón, el 27 de febrero de 2021.

 

Japón ha anunciado que planea la liberación en el océano Pacífico de más de 1 millón de toneladas de agua de la planta nuclear que resultó dañada durante el terremoto del 2011.

Aproximadamente unos 50 litros del agua radiactiva tratada, de la siniestrada planta nuclear de Fukushima, Japón, serán enviados para su análisis a los laboratorios del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Austria y Mónaco, informó la agencia.

 

Un equipo de expertos de la OIEA se encuentran en Japón, estudiando los planes del Gobierno y Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), operador de la planta, cuyo propósito es el vertido en el océano Pacífico de más de 1 millón de toneladas de agua radiactiva tratada, esto con el fin de poder determinar si el proyecto cumple con los estándares internacionales de seguridad.

 

Se espera que el líquido sea liberado en 2023 y llevaría décadas en completarse.

 

A pesar del rechazo de los países vecinos, Japón ha decidido construir un túnel submarino en el que verterá más de 1 millón de toneladas de agua de Fukushima al océano.

La agencia dió a conocer que hará público un informe completo con las conclusiones de su misión, esto lo llevará a cabo antes de que de inicio la liberación del agua.

 

El director general de la OIEA, Rafael Mariano Grossi, aseveró:

“Como organización científica y técnica, seremos totalmente transparentes e independientes en nuestras revisiones e informes.

El mundo sabrá lo que está pasando en todo momento”.

 

El terremoto y tsunami del 2011 dañaron los reactores de Fukushima, lo cual provocó la contaminación de su sistema de enfriamiento que empezó a tener fugas, de forma inmediata el agua de la central nuclear comenzó a ser “tratada y purificada”, para luego ser almacenada en tanques, detalló el organismo internacional.

 

Se preveé que la capacidad de almacenamiento de estos contenedores alcance su límite en otoño de este año.

 

La OIEA señaló:

“El tritio no se puede eliminar del agua con los actuales métodos de tratamiento, aunque sus niveles en los tanques de almacenamiento se encuentran “muy por debajo de los límites” regulatorios japoneses y de los estándares de la Organización Mundial de la Salud para el agua potable.

 

En cantidades mínimas, el tritio no es dañino. Sin embargo, algunos científicos insisten en que se desconoce cuál sería el verdadero impacto a largo plazo sobre la vida marina por la exposición a esos elementos radiactivos en bajas dosis, ya que se trata de volúmenes de agua bastante grandes.

 

Para Tokio, arrojar el agua al oceano es lo “más realista” y llevarlo a cabo es “inevitable para poder lograr la recuperación de Fukushima“.

Pero el proyecto se enfrenta a un fuerte rechazo de algunos países vecinos como Rusia, China y, particularmente, Corea del Sur.

 

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