Japón planea vertir agua radioactiva de Fukushima, en el océano pacífico.
En días pasados el gobierno de Japón ha dado a conocer que comenzará a liberar el agua contaminada por el desastre nuclear de Fukushima en el 2011, y ha dicho que planea lanzarla en el Océano Pacífico, dando a conocer de esta forma medidas que han causado malestar y protestas en la sociedad.
En el año 2011 ocurrió un tsunami en la prefectura de Fukushima, además de un terremoto en el que perdieron la vida más de 19.000 personas, estos eventos propiciaron que se acumularan alrededor de 1,25 millones de toneladas de agua en la zona, y originó que de los 6 reactores de la planta, 3 fueran cerrados, dando lugar a uno de los peores desastres nucleares desde el hecho ocurrido en Chernobyl.
Desde que se originaron estos hechos, el gobierno había mantenido el agua radioactiva en tanques de almacenamiento, sin embargo diariamente se añaden aproximadamente 170 toneladas de agua al sitio de almacenamiento donde actualmente están, por lo que el área para poder construir más tanques de almacenamiento del líquido se terminará el próximo año, debido al ritmo de almacenaje.
Durante los pasados 7 años se ha debatido sobre el manejo del agua radioactiva, y el gobierno ha sostenido y enfatizado que el líquido ha sido sometido a un tratamiento en el que se filtra lo nocivo del material radioactivo. Con esto, la Agencia Internacional de Energía Atómica ha dicho que la idea y decisión de liberar agua tratada en el océano tiene sus bases en las evaluaciones de impacto ambiental y es “utilizada de forma rutinaria por las centrales nucleares en funcionamiento en todo el mundo”.
Sin embargo el agua a pesar de haber sido tratada, sigue conteniendo tritio, un isótopo radiactivo del hidrógeno, aunado a esto en el año 2020 se llevó una investigación la cuál fue publicada, y se informó que además se encontraron otros isótopos, lo cual significaría que el agua sigue siendo técnicamente radioactiva.
Este último punto se ha convertido en un elemento significativo en la preocupación y el debate que sostiene la comunidad pesquera de Fukushima, ya que han visto como sus negocios han decaído en los últimos 10 años posteriores al desastre nuclear. Han dicho que una de las preocupaciones es que el efecto que propicie la prensa sobre las condiciones del lugar y el plan de vertir el agua radioactiva en el océano, hará que sus actividades ejercidas para subsistir afectará sus vidas.
Desde que se suscitó el desastre, más de 2 decenas de países de forma inmediata lograron imponer prohibiciones respecto a la adquisición de pescado de la zona.
“Este proceso de toma de decisiones es bastante antidemocrático”, dijo Ayumi Fukakusa, activista de Amigos de la Tierra Japón. “El gobierno y el dueño de la planta dijeron que sin el consentimiento de las comunidades pesqueras, no descargarían el agua contaminada. Esa promesa se rompió por completo”.
El mes pasado las Naciones Unidas se pronunciaron al respecto, manifestando que la liberación del agua en el océano automáticamente estaría violando los derechos humanos de los ciudadanos japoneses y sus vecinos coreanos, de forma casi inmediata funcionarios de China y Corea del Sur criticaron el anuncio.
Los críticos se han manifestado al respecto, y han mencionado que la adquisición de más tierras para crear más contenedores de almacenamiento es la solución más viable, simple y segura, y que vertir el agua radioactiva al océano es simplemente la opción más barata, sin garantizar seguridad alguna. El gobierno japonés se manifestó al respecto, diciendo que hay preocupación por terremotos o tsunamis que puedan afectar los contenedores, logrando su ruptura y causando derrames, por lo que pensar en la creación de contenedores solamente interferiría con los esfuerzos para hacer el área más segura.
A pesar de todas las preocupaciones expresadas por los diversos países e inclusive la propia sociedad japonesa, el gobierno japonés ha señalado que comenzará a liberar agua en 2 años.
Esta forma de actuar por parte del gobierno, ha llevado a pensar que se ha suscitado debido a que están próximos los Juegos Olímpicos, donde el relevo de la antorcha comenzará a menos de 32 kilómetros del sitio nuclear, y esto ha provocado que se retome urgentemente esta situación delicada.
En estos últimos años, el gobierno de Japón se ha esforzado en la reactivación de la vida silvestre en las zonas alrededor de Fukushima que se vieron afectadas por la fusión de la planta, lo ha hecho aún a pesar de las preocupaciones sobre la radiactividad del sitio.