En 1995, el genial astrofísico Carl Sagan, publicó un libro llamado El mundo y sus Demonios, en donde advertía contra los peligros de la pseudociencia y el analfabetismo científico, alentó a sus lectores a aprender un pensamiento crítico y escéptico. Cosas bastante estándar para un científico socialmente consciente, pero un pasaje en particular ha explotado esta semana y no es difícil ver por qué.
De alguna manera, Sagan logró predecir el estado como son las cosas hoy en día y es desafortunadamente exacto.
Pasaje:
“Pero hay otra razón: la ciencia es más que un cuerpo de conocimiento, es una manera de pensar. Preveo cómo será la América de la época de mis hijos o nietos: Estados Unidos será una economía de servicio e información; casi todas las industrias manufactureras clave se habrán desplazado a otros países; los temibles poderes tecnológicos estarán en manos de unos pocos y nadie que represente el interés público se podrá acercar siquiera a los asuntos importantes; la gente habrá perdido la capacidad de establecer sus prioridades o de cuestionar con conocimiento a los que ejercen la autoridad; nosotros, aferrados a nuestros cristales y consultando nerviosos nuestros horóscopos, con las facultades críticas en declive, incapaces de discernir entre lo que nos hace sentir bien y lo que es cierto, nos iremos deslizando, casi sin darnos cuenta, en la superstición y la oscuridad. “
¿El resultado? Sagan predice que la gente optará por la superstición y la pseudociencia sobre la realidad e incluso más preocupante, dice que el público será intelectualmente incapaz de distinguir entre lo que nos hace sentir bien y lo que es realmente cierto. Sí, este pasaje lo tiene todo. Entonces, ¿acaso Sagan conocía lo suficiente a la sociedad en 1995 para poder predecir con precisión cómo sería la vida en un par de generaciones?, o todos estamos leyendo demasiado.
Por extraño que parezca, la forma en que interpretamos este tipo de predicción tiene mucho que ver con la forma en que interpretamos los horóscopos, uno de los más grandes monstruos de Sagan. Los horóscopos no tienen nada que ver con la realidad, pero deben su enorme éxito al hecho de que los humanos tienden a ver lo que quieren ver. Así, mientras que podemos ser pesimistas sobre el futuro de la sociedad en su conjunto, los seres humanos son en general bastante optimistas acerca de sus perspectivas individuales de futuro un concepto conocido como sesgo de optimismo. En realidad es una táctica de supervivencia evolutiva y eso es algo que los horóscopos conectan directamente.
Gracias al sesgo de optimismo de la humanidad, podrías mostrar a alguien todas las estadísticas relacionadas con el divorcio, el cáncer y la esperanza de vida promedio, y más a menudo, van a elegir a creer que esas experiencias negativas no les sucederán.
Así que cuando vemos horóscopos que nos dicen que vamos a conocer a nuestra alma gemela o conseguir una gran promoción este mes, elegimos creerlo, y no tendemos a regresar y comprobarlo ya que el horóscopo ha hecho su trabajo haciéndonos sentir bien.
Lo mismo ocurre cuando se nos presenta una predicción espeluznante del futuro parte del sesgo cognitivo que está conectado a todos los humanos es que nos atraen a los detalles que confirman nuestras creencias existentes.
Incluso con todo lo dicho, debemos reconocer que Sagan hizo unas predicciones muy acertadas para el comienzo de 2017. Esperemos que cosas mejoren en los meses y años venideros.
