Hace cincuenta años, la azafata Vesna Vulovic cayó más de 10,000 metros después de que un avión comercial explotara en el aire, aterrizó en una cadena montañosa checoslovaca y sobrevivió.
Después del accidente se determinó que la caída de la azafata fue la más alta que un ser humano haya sufrido sin paracaídas. Por desgracia los otros 27 pasajeros y la tripulación a bordo fallecieron.
#OTD in 1972: JAT Flight 367, a DC-9, is bombed by Croatian terrorists over Sebnitz (E. Germany), 27 aboard die. Aircraft broke apart and wreckage crashed in Czechoslovakia. Flight attendant Vesna Vulović was the sole survivor after the jet fell from about 33330 ft/10160 meters. pic.twitter.com/Tw2TrONHIj
— Air Safety #OTD by Francisco Cunha (@OnDisasters) January 26, 2022
El 26 de enero de 1972, Vulovic estaba trabajando a bordo del DC-9-32 YU-AHT, volando entre Estocolmo y Belgrado. Informes revelan que la azafata no debía encontrarse en el vuelo, ya que había sido asignada a la tripulación de cinco personas ese día debido a una confusión con otra azafata con un nombre similar.

El vuelo partió de Copenhague por la tarde. Al encontrarse en la frontera Checoslovaquia, los controladores de tráfico aéreo de Alemania Oriental intentaron comunicarse con el avión pero no obtuvieron respuesta.
Alertados de la situación, continuaron rastreando el avión después de que cruzó el espacio aéreo checoslovaco antes de que el contacto del radar se hiciera más prominente y luego desapareciera.
Una supuesta bomba había detonado a bordo del vuelo 367. El avión se partió en tres secciones que cayeron alrededor del pueblo de Srbská Kamenice, cerca de la frontera con Alemania Oriental, actualmente República Checa.
Atrapada por un carrito de comida
Vulovic fue encontrada con vida, atrapada por un carrito de comida en la sección central de cola del avión, según las fuentes. Según el informe oficial del accidente la azafata había caído 10,000 metros hasta el suelo.
Su caída fue sobre un área densamente boscosa cubierta por nieve, amortiguando el impacto. Vulovic sufrió una fractura de cráneo, dos vértebras aplastadas, además de pelvis, piernas y varias costillas rotas. Todavía estaba consciente y un leñador que estaba en el equipo de rescate había escuchado sus gritos de ayuda en la oscuridad.

Una vez en el hospital, Vulovic estuvo en coma durante un mes quedando temporalmente paralizada de la cintura para abajo. Finalmente se recuperó casi por completo y volvió a trabajar en un trabajo de escritorio.
Vesna Vulovic dijo:
“Estaba rota y los médicos me recompusieron. Nadie esperaba que viviera tanto tiempo”
La azafata nunca recuperó ningún recuerdo del incidente ni de su posterior rescate y todavía no está claro cómo sobrevivió al impacto.
Existen otros ejemplos de tripulaciones aéreas que caen desde una altura considerable, ninguno se acerca a los 10,000 metros. Sin embargo, en diferentes casos de la Segunda Guerra Mundial, un aviador soviético saltó desde unos 6,700 metros y la nieve amortiguó su impacto. Un miembro de la tripulación de un bombardero británico cayó alrededor de 5,500 metros y su aterrizaje fue interrumpido por árboles y nieve.