Las nubes de polvo son un fenómeno natural, parte del ciclo de nutrientes de la Tierra. Ocurren cada verano cuando los vientos de alta velocidad recogen pequeñas partículas secas de la superficie de la Tierra y las transportan a largas distancias. Desde el desierto del Sahara en el norte de África a través del océano Atlántico.
Por lo general, no son tan grandes, y a menudo se hunden en el océano.
Los satélites Copernicus Sentinel y Aeolus de la ESA muestran el alcance de esta nube de polvo que es tan grande que se ganó el apodo de Godzilla.

Los registros de las nubes de polvo saharianas se remontan unos 20 años, y este es uno de los más grandes, según la NOAA Godzilla es entre un 60 y un 70% más grande que el promedio.
Aunque puedan representar un riesgo para la salud, en especial para las personas con afecciones de salud subyacentes. Las nubes de polvo son importantes para nuestro ecosistema.
El polvo es una fuente de nutrientes para el fitoplancton, las pequeñas plantas marinas que flotan cerca de la superficie del océano. El fitoplancton es fundamental para la red alimentaria, ya que proporciona alimentos a los animales que están más arriba en la cadena alimentaria. El fitoplancton también es fotosintético, creando oxígeno para la biosfera.
Las nubes de polvo también reponen nutrientes como en la selva amazónica.
Las nubes inhiben la formación de huracanes. Y también pueden evitar que los que se forman se vuelvan más poderosos y destructivos.