Con el propósito de investigar la enigmática luna Europa, la NASA debe afrontar la intensa radiación y las partículas altamente energéticas que rodean a Júpiter.

La luna Europa de Júpiter ha sido durante mucho tiempo un objetivo de gran interés para los científicos debido a la creencia de que podría albergar condiciones adecuadas para la vida. Sin embargo, explorar este misterioso mundo cubierto de hielo no es una tarea fácil debido al entorno de radiación extrema que rodea a Júpiter. La misión Europa Clipper de la NASA, programada para su lanzamiento en octubre de 2024, está diseñada para superar este desafío, y el reciente sellado de su bóveda representa un hito importante en su preparación.
Europa Clipper, la nave espacial de la NASA que investigará si Europa tiene las condiciones adecuadas para la vida, se enfrentará a uno de los entornos de radiación más severos en nuestro sistema solar. Este entorno radiactivo es producto del gigantesco campo magnético de Júpiter, que es 20,000 veces más fuerte que el de la Tierra y gira rápidamente debido al rápido período de rotación del planeta. El campo magnético de Júpiter atrapa y acelera partículas cargadas del espacio, creando cinturones de radiación poderosos que bombardean todo lo que se encuentra en su esfera de influencia con partículas dañinas. La radiación en Júpiter es tan intensa que afecta todos los aspectos de la misión Europa Clipper.
Para proteger la sofisticada electrónica de la nave espacial de los daños causados por la radiación, los ingenieros de la NASA han desarrollado una “armadura” especial para Europa Clipper. Esta armadura es una bóveda de aluminio con menos de 1 centímetro de espesor que alberga la electrónica de los instrumentos científicos de la nave espacial. La bóveda está diseñada para reducir el entorno de radiación a niveles aceptables para la mayoría de los componentes electrónicos, lo que evita la necesidad de proteger cada conjunto de piezas electrónicas individualmente, lo que añadiría costo y peso a la nave espacial.

El 7 de octubre, en las instalaciones de ensamblaje de naves espaciales del JPL, se observa a ingenieros y técnicos sellando la bóveda de Europa Clipper de la NASA. Esta bóveda será fundamental para salvaguardar la electrónica de la nave espacial mientras esta orbita Júpiter. Crédito: NASA/JPL-Caltech
Europa Clipper no se limitará a orbitar Europa una vez que llegue a Júpiter en 2030. En lugar de eso, realizará órbitas de amplio alcance alrededor de Júpiter para alejarse de la radiación intensa del planeta. Durante estas órbitas, la nave espacial pasará cerca de Europa casi 50 veces para recopilar datos científicos. Los científicos creen que esta radiación afecta la superficie de Europa, provocando cambios de color visibles. Algunas áreas de la superficie de Europa muestran evidencia de transporte de material desde el subsuelo a la superficie, y se cree que debajo de su superficie helada hay un vasto océano de agua líquida que podría ofrecer un entorno habitable para la vida. Europa Clipper estará equipada con instrumentos de monitoreo de radiación que ayudarán a los científicos a comprender mejor el entorno de radiación único y desafiante en Júpiter. Además, la misión permitirá a los científicos estudiar el “terreno caótico” de Europa, donde los bloques de material parecen haberse roto, rotado y movido, preservando patrones de fractura lineales preexistentes. Este tipo de estudio proporcionará información valiosa sobre cómo la radiación ha modificado la superficie de Europa y alterado la composición química del material. A medida que Europa Clipper se acerca a su lanzamiento en 2024, los científicos y los ingenieros están ansiosos por desvelar los secretos de Europa y explorar la posibilidad de que esta luna de hielo pueda albergar signos de vida. A pesar de los desafíos del entorno radiactivo de Júpiter, esta misión representa un paso significativo en la búsqueda de respuestas en nuestro sistema solar.