El consumo de 1 hotdog reduce aproximadamente 36 minutos de vida saludable.

Un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan, arrojó resultados que indican diferencias entre el consumo de diversos alimentos en cuanto a la repercusión en la salud y el medio ambiente.

El estudio, publicado en la revista Nature Food, analizó 5.853 alimentos y los clasificó según su carga de enfermedades nutricionales.

Katerina Stylianou, una de las autoras de la investigación, dijo al respecto

“En general, las recomendaciones dietéticas suelen carecer de una dirección específica y viable para motivar a las personas a cambiar su comportamiento, y rara vez las recomendaciones dietéticas abordan los impactos ambientales”.

Con el objetivo de evaluar el impacto de los productos en los seres humanos, el equipo de investigación desarrolló el Índice de Salud Nutricional, utilizado para calcular la carga neta beneficiosa y perjudicial para el organismo en términos de los minutos de vida saludable, que está asociada con el consumo de una porción de comida.

De esta forma se pudo determinar que una bebida azucarada quita 8 minutos de vida saludable, mientras que los sándwiches de mantequilla de cacahuete (o maní) y mermelada a base de frutos secos suman 33 minutos. Los cacahuetes y el salmón ahumado proporcionan 26 y 16 minutos de vida saludable, respectivamente.

Por el contrario, un perro caliente de ternera quita 36 minutos de vida “debido al efecto perjudicial de la carne procesada”, mientras una ración de pizza de vegetales resta 1,4 minutos.

El estudio señaló que la ingesta calórica diaria de carne de res y carnes procesadas en los alimentos son perjudícales en la vida del ser humano, y en él se consideró la cantidad de sodio y ácidos grasos trans para así llegar al valor final de 36 minutos de vida saludable perdidos por comer un hot dog.

El grupo de investigadores indicó que sustituir el 10% de la ingesta calórica diaria de carne de res y carne procesada por una mezcla diversa de granos integrales, frutas, verduras, nueces, legumbres y mariscos selectos podría reducir, en promedio, la huella de carbono en la dieta de un consumidor en un tercio y agregar 48 minutos saludables de vida por día.

En cuanto al impacto ambiental, los científicos estudiaron el ciclo de vida de cada alimento, desde su producción hasta su consumo. Por último, combinaron los resultados nutricionales y ambientales y clasificaron los alimentos en tres zonas de colores: verde, amarilla y roja.

La zona verde representa los alimentos que son nutricionalmente beneficiosos y de bajo impacto ambiental, entre los cuales se encuentran las nueces, vegetales, legumbres y mariscos, entre otros.

En la zona roja se ubican los alimentos que deberían reducirse o evitarse en la dieta, como la carne de res, cerdo, cordero y las carnes procesadas.

En la zona amarilla están la mayoría de las aves de corral, lácteos, cereales cocidos (por ejemplo, el arroz) y verduras producidas en un invernadero, tras considerarlos como ligeramente perjudiciales desde el punto de vista nutricional o que generan un impacto medioambiental moderado.

Acorde con los resultados obtenidos, los investigadores sugirieron algunos cambios en las dietas que podrían ayudar a las personas a comer más saludable y reducir el impacto en el medioambiente, así como la reducción en la ingesta de carnes procesadas.

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