Un nuevo estudio científico publicado en la revista Science Advances ha revelado la existencia de una inmensa fuente de energía limpia en las profundidades de la Tierra: el hidrógeno geológico. Solo una fracción de este recurso natural bastaría para abastecer la demanda energética mundial durante más de mil años, ofreciendo una alternativa real y sostenible frente al carbón, el petróleo y el gas natural.

Un hallazgo monumental en la corteza terrestre

Investigadores del U.S. Geological Survey, liderados por Geoffrey Ellis del Servicio Geológico de los Estados Unidos, han estimado que la corteza terrestre podría albergar más de 6,2 billones de toneladas de hidrógeno. Estas cifras no son una simple proyección: se basan en un modelo geoestadístico detallado que tiene en cuenta procesos naturales de generación de hidrógeno en el interior del planeta.

El hidrógeno geológico se forma a través de reacciones químicas entre ciertos minerales y el agua, y puede almacenarse en grietas y formaciones rocosas profundas. Lo más sorprendente es que si se lograra extraer un 2 % de esas reservas, la energía obtenida sería suficiente para cubrir la demanda mundial durante más de 200 años. Este hallazgo no solo cambia las reglas del juego en el terreno energético, sino que también reaviva el interés por explorar el subsuelo como una fuente estratégica de energía limpia.

Hidrógeno blanco: limpio, abundante y todavía sin explotar

A diferencia del hidrógeno producido mediante electrólisis (hidrógeno verde) o con gas natural (hidrógeno azul), el hidrógeno geológico —también llamado “hidrógeno blanco”— se genera sin intervención humana y con emisiones prácticamente nulas. Además, su valor energético supera al del gas natural, convirtiéndolo en una alternativa eficiente, sostenible y competitiva.

Sin embargo, este recurso aún no está listo para ser explotado a gran escala. Uno de los mayores retos es localizar depósitos accesibles: aunque ya existen casos como el pozo de Bourakébougou en Mali, donde el hidrógeno natural se extrae desde hace décadas, la mayoría de las reservas podrían estar a profundidades de difícil acceso o en regiones sin infraestructura. Para que esta energía sea comercialmente viable, será necesario desarrollar tecnologías de perforación específicas, redes de transporte seguras y marcos regulatorios internacionales.

A pesar de estos desafíos, múltiples startups, universidades y gobiernos ya están invirtiendo en exploración y pruebas piloto. La posibilidad de una fuente limpia, continua y autogenerada de hidrógeno es demasiado prometedora como para ignorarla.

¿Un nuevo capítulo en la historia energética del planeta?

Si el hidrógeno geológico logra extraerse de forma segura y rentable, podríamos estar ante una transformación profunda del panorama energético global. No se trata solo de reemplazar los combustibles fósiles: hablamos de reescribir el modelo energético desde la base, utilizando un recurso que la Tierra ha generado de forma natural y silenciosa durante millones de años.

El descubrimiento de estas reservas cambia la conversación sobre sostenibilidad. Ya no se trata únicamente de producir energía sin contaminar, sino de hacerlo aprovechando lo que ya se encuentra bajo nuestros pies. Queda mucho por investigar, sí, pero si la tecnología y la voluntad política acompañan, el hidrógeno blanco podría convertirse en la columna vertebral de una nueva era energética limpia, segura y duradera.

Referencia:

• Model predictions of global geologic hydrogen resources. Link.