Así es, un marcapasos inalámbrico y biodegradable que ofrece ayuda temporal para corregir problemas del corazón. Este trabajo se creó por científicos de la Universidad de Northwestern Illinois.
Se usará de forma temporal, disolviéndose en el propio cuerpo en unas semanas. De comprobarse su seguridad y efectividad, se estima que estará en el mercado en dos años a un costo de 100 dólares.
El trabajo que presentan los científicos es un marcapasos sin batería y de forma inalámbrica para evitar daños en el tejido con un peso de menos de medio gramo.
Los materiales que se usaron (magnesio, tungsteno, silicio y un polímero PLGA) son compatibles con el cuerpo que mediante reacciones químicas se disuelven. Un dispositivo externo envía las ondas de radio al receptor del marcapasos para regular el latido.
Las pruebas con éxito fueron hechas en pequeños mamíferos, así como en perros y órganos humanos individuales de donantes. El marcapasos pudo funcionar durante cuatro días y se degradó en unas semanas para desaparecer de los escáneres.
Modificando el grosor del marcapasos podrían variar el tiempo que es capaz de funcionar.
“La electrónica transitoria abre un capítulo completamente nuevo en la medicina y la investigación biomédica”, explica Igor Efimov de la Universidad George Washington, que también ha codirigido el estudio.