Cerca de 600 tumbas de perros y gatos han sido encontradas en la costa del Mar Rojo de Egipto, específicamente en el puerto de Berenice. Los animales han descansado en sus tumbas individuales, adornados con collares y otros adornos, por más de 2000 años. Este hallazgo es considerado el más antiguo cementerio de mascotas y sugiere que el concepto no era ajeno al mundo antiguo.
La arqueóloga Marta Osypinska y sus colegas descubrieron el cementerio a las afueras de la ciudad, debajo de un basurero romano. Esto sugería que los animales habían sido desechados en una especie de fosa común.
Relación emocional con los animales
Los hallazgos mostraban todo lo contrario a la interpretación previa, había pozos individuales bien acomodados y los animales parecían haber sido colocados con mucho cuidado. Más que un basurero, parecía una especie de sarcófago.
“La idea de las mascotas como parte de la familia es difícil de entender en la antigüedad, pero creo que eran familia aquí” dice Michael MacKinnon, un zooarqueólogo de la Universidad de Winnipeg.
No encontraron evidencia de momificación, sacrificio o de que hayan sido parte de algún ritual. Muchos de ellos murieron de viejos, evidencia de buen cuidado recibido a lo largo de su vida.
Esto sugiere que la gente de Berenice tenía un fuerte vínculo emocional con sus gatos y perros, concluyó el equipo en World Archaeology. “No lo estaban haciendo por los dioses ni por ningún beneficio utilitario”, dice Osypinska.