Uno de los animales más estimados del océano los delfines están muriendo por una enfermedad de la piel.
Esta enfermedad esta asociada al cambio climático.
Este problema se observó por primera vez en delfines cerca de Nueva Orleans después del huracán Katrina en 2005.
La ‘enfermedad de la piel de agua dulce’, está afectando a los cetáceos en numerosas partes del mundo, produciendo lesiones graves que pueden cubrir la mayor parte del cuerpo del animal.
La causa de esta enfermedad son los cambios ambientales en el hábitat marino de los delfines costeros que están relacionados con el cambio climático.
Los brotes de enfermedades de la piel de agua dulce parecen ser el resultado de tormentas severas como huracanes y ciclones, en los que un volumen masivo de lluvia de agua dulce cae sobre la tierra, con la consiguiente escorrentía que llega a los ríos y las aguas costeras.
El peligro de tales inundaciones repentinas es que disminuyen rápidamente la salinidad del agua salada en la que viven los delfines costeros.
Las condiciones hipo-salinas pueden persistir durante semanas o meses, como muestran los datos de monitoreo ambiental de los sitios australianos.
Los delfines pueden tolerar condiciones hipo-salinas, pero solo por un corto tiempo.
La exposición prolongada al agua dulce resulta en una variedad de cambios en la química de la piel y la sangre de los animales, produciendo dermatitis, lesiones y otras tensiones fisiológicas, acompañadas de colonización oportunista por algas, diatomeas, hongos y bacterias.
Peor aún, como señalan los investigadores, se espera que la frecuencia de eventos climáticos severos como inundaciones, tormentas y ciclones aumente con el cambio climático.
Los hallazgos se informan en Scientific Reports.