Lukas Yla, un lituano de 25 años ideó una forma poco convencional para conseguir entrevistas en Silicon Valley: disfrazarse de repartidor y entregar cajas de donas con su currículum dentro. Su historia se volvió viral y captó la atención global.

Una caja de donas como puerta de entrada al marketing

Lukas Yla no era un candidato cualquiera. Viajó desde Lituania a San Francisco con un objetivo claro: trabajar en una start-up de tecnología como especialista en marketing. Sabía que, para llamar la atención en un ecosistema tan competitivo como Silicon Valley, debía hacer algo radicalmente diferente. La chispa surgió tras probar una dona artesanal en una reconocida pastelería de la ciudad. En ese momento, nació su plan.

Yla creó una lista de las empresas en las que soñaba trabajar y los directores de marketing a los que quería impresionar. Luego, cada mañana durante más de una semana, hizo fila para comprar al menos cinco cajas de donas. Dentro de cada una incluyó una nota con la frase: “La mayoría de los currículums terminan en la basura. El mío, en tu vientre”, junto con su currículum físico y un enlace a su perfil de LinkedIn.

Pero no se limitó a entregar las cajas como un ciudadano más. Se disfrazó de repartidor, confeccionó un uniforme casero y se presentó personalmente en las recepciones de cada empresa, simulando una entrega de comida. A veces, los recepcionistas entregaban las donas directamente al jefe de marketing. En otras ocasiones, el mismo destinatario acudía a recibir el paquete, lo que le permitía a Lukas Yla explicar su verdadera intención en persona.

Este enfoque audaz funcionó. Logró entregar 50 cajas y consiguió al menos 10 entrevistas. Los ejecutivos apreciaron su creatividad y determinación. Sin embargo, pronto se topó con una barrera inesperada: su origen extranjero. Muchos de los entrevistadores no creían que conociera suficientemente la cultura estadounidense como para tener éxito en el mundo del marketing local.

De las oficinas al estrellato mediático

Lejos de rendirse, Lukas Yla decidió convertir su historia en un fenómeno mediático. Usando las mismas habilidades de marketing que quería demostrar, contactó a medios de comunicación relevantes para amplificar su historia. Su plan resultó mejor de lo esperado. Fue entrevistado en Good Morning America, incluido en la lista Forbes 30 Under 30 y su truco fue replicado por miles de personas en redes sociales.

El caso de Yla no fue el único. En años recientes, otros candidatos también recurrieron a tácticas poco convencionales: un pastel comestible enviado a Nike con el currículum horneado en su interior, solicitantes que crearon sus perfiles al estilo de una página de producto de Amazon, y profesionales que caminaron por las calles con carteles promocionando su experiencia laboral.

Este tipo de estrategias no siempre garantizan un empleo, pero sí ayudan a diferenciarse en un mercado saturado. En el caso de Lukas Yla, aunque no obtuvo trabajo en el primer intento, su creatividad y persistencia lo posicionaron como una mente brillante en el marketing. A través de su acto, demostró que sabe cómo captar la atención, contar una historia y viralizar un mensaje: justo lo que cualquier buen mercadólogo debe saber hacer.

La historia de Lukas Yla es un ejemplo claro de cómo el pensamiento innovador puede romper barreras en el mundo laboral. Si bien existe una línea delgada entre lo ingenioso y lo excéntrico, hay casos en los que vale la pena cruzarla. El currículum tradicional ya no es la única herramienta para conseguir empleo, especialmente en sectores creativos y tecnológicos. Hoy, una caja de donas, un video viral o una acción llamativa pueden abrir más puertas que una carta de presentación bien redactada.

Lukas Yla no solo consiguió entrevistas, sino que también inspiró a miles a replantear cómo presentan su talento. En una era de sobrecarga de información, el diferenciador es simple: ser memorable.

Referencia:

• ABC/Man Scores 10 Interviews With Resume Delivered in a Box of Doughnuts. Link

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