Jo Cameron, una mujer escocesa de 75 años, ha desconcertado a la ciencia por su incapacidad para sentir dolor, ansiedad o miedo. Investigadores de University College London descubrieron que una mutación genética única en su ADN podría ser la clave para desarrollar nuevos tratamientos contra el dolor y la depresión.
El caso de Jo Cameron: una vida sin dolor

La historia de Jo Cameron comenzó a llamar la atención médica después de someterse a una cirugía mayor sin requerir analgésicos. Los médicos, intrigados por su resistencia al dolor, descubrieron que la mujer —residente cerca del lago Ness, en Escocia— poseía una mutación genética extremadamente rara. Cameron no solo no siente dolor físico, sino que tampoco experimenta ansiedad, miedo ni angustia emocional, lo que ha despertado un gran interés científico. Un caso que nos recuerda al de la joven Olivia Farnsworth.
Desde pequeña, Jo vivió con quemaduras y heridas sin notarlas. Solo se daba cuenta de una lesión cuando olía la piel quemada o veía sangre. Su vida cotidiana está marcada por una serenidad inusual: nunca ha necesitado medicación para el dolor ni ha padecido depresión.
Este caso llevó a los investigadores a estudiar sus genes, descubriendo en 2019 una alteración en el gen FAAH-OUT, relacionado con la percepción del dolor, el estado de ánimo y la cicatrización. Su organismo parece funcionar con una tolerancia natural al sufrimiento, lo que ha permitido identificar nuevas rutas biológicas vinculadas a la insensibilidad al dolor.
El gen FAAH-OUT y la insensibilidad al dolor

El gen FAAH-OUT actúa como un regulador de la enzima FAAH, la cual controla la degradación de endocannabinoides, compuestos naturales del cuerpo que influyen en la sensación de placer y alivio. En el caso de Jo Cameron, la mutación reduce drásticamente la actividad de esta enzima, lo que genera una liberación más prolongada de estas sustancias y una disminución de la respuesta al dolor.
El estudio, publicado en la revista Brain, reveló además que esta mutación favorece la regeneración celular y una cicatrización más rápida. Según el profesor James Cox, de UCL Medicine, entender el funcionamiento molecular de esta alteración abre la puerta a posibles terapias para tratar el dolor crónico, la depresión o incluso acelerar la recuperación de heridas.
Su colega, Dr. Andrei Okorokov, comparó este hallazgo con “explorar un nuevo continente genético”, ya que el FAAH-OUT podría estar implicado en otros procesos biológicos aún desconocidos. Los investigadores afirman que este descubrimiento podría servir como base para diseñar fármacos que imiten los efectos naturales del gen y ayuden a los pacientes que padecen dolor extremo o ansiedad persistente.
Un hallazgo con potencial médico global

Los médicos de Jo Cameron notaron su condición cuando, tras una cirugía, declaró no necesitar analgésicos. Su historial médico confirmó que jamás había requerido medicación para el dolor. Ante lo inusual del caso, fue remitida a genetistas del University College London y Oxford University, quienes confirmaron la mutación tras extensas pruebas genéticas.
El estudio no solo explica su insensibilidad al dolor, sino que también ofrece nuevas perspectivas sobre la regulación emocional y los mecanismos de curación del cuerpo. Comprender cómo el gen FAAH-OUT altera la percepción del dolor y la ansiedad podría transformar el tratamiento de trastornos crónicos, desde la artritis hasta el estrés postraumático.
Los investigadores insisten en que este tipo de mutaciones, aunque raras, pueden iluminar vías terapéuticas más seguras y menos adictivas que los opiáceos tradicionales. Así, lo que comenzó como un caso clínico extraordinario podría marcar el inicio de una nueva era en la medicina del dolor y la neurociencia del bienestar.
El caso de Jo Cameron demuestra cómo una simple mutación genética puede desafiar nuestra comprensión del dolor humano. Su resistencia natural podría inspirar tratamientos revolucionarios para millones de personas que viven con dolor crónico o ansiedad, abriendo un horizonte científico esperanzador.
Referencia:
- Brain/Molecular basis of FAAH-OUT-associated human pain insensitivity. Link
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