Una nueva investigación sugiere que escuchar música después de una cirugía puede acelerar significativamente la recuperación. Al reducir el dolor, la ansiedad y el uso de morfina, la música demuestra tener un efecto terapéutico que va más allá del entretenimiento, convirtiéndose en una herramienta clínica con gran potencial.
Música, el nuevo analgésico postoperatorio

El equipo de investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Northstate de California analizó 35 estudios existentes sobre el impacto de la música en pacientes quirúrgicos. Los resultados no dejan lugar a dudas: las canciones favoritas pueden ser aliadas poderosas en el proceso de recuperación.
Los beneficios observados incluyen una reducción del 19 % en los niveles de dolor y una disminución del 3 % en la ansiedad. Estas cifras reflejan un cambio clínicamente relevante que puede mejorar la experiencia postoperatoria y disminuir las complicaciones asociadas al estrés.
Además, se identificó que los pacientes que escucharon música tras su intervención quirúrgica necesitaron menos de la mitad de la cantidad de morfina que aquellos que no lo hicieron. Esto no solo reduce el riesgo de efectos secundarios, sino que también disminuye la posibilidad de dependencia.
La música parece actuar como un calmante natural. Al escucharla, los pacientes se distraen, se relajan y reducen su percepción del dolor sin tener que hacer ningún esfuerzo activo, lo que la convierte en una estrategia de bajo costo y alta accesibilidad.
Otro hallazgo clave fue la reducción de la frecuencia cardíaca, un indicador de que el cuerpo entra en un estado de mayor estabilidad fisiológica. Esta respuesta podría acelerar la cicatrización de los tejidos y mejorar la función inmunológica tras una operación.
El Dr. Frezza, uno de los responsables del análisis, subrayó que no existe un tipo específico de música más beneficioso que otro. Lo más importante es que el paciente escuche lo que más le guste, ya que lo familiar y placentero genera un mayor efecto terapéutico.
Menos cortisol, más bienestar
Uno de los mecanismos detrás de los beneficios de la música en el entorno quirúrgico podría estar relacionado con el cortisol, la hormona del estrés. Escuchar melodías placenteras parece reducir de forma significativa sus niveles, facilitando un estado de relajación profunda.
El cortisol elevado está asociado con respuestas inflamatorias, presión arterial alta y un sistema inmunológico debilitado. Al disminuir esta hormona, la música podría contribuir a un entorno corporal más favorable para la regeneración celular y la recuperación general.
Esto abre nuevas posibilidades para integrar la música como una práctica estándar en hospitales y clínicas. Las melodías podrían acompañar al paciente desde la sala de recuperación hasta las unidades de cuidados intensivos, promoviendo una mejor calidad de vida tras la operación.
El equipo de investigadores planea ahora realizar estudios adicionales para explorar el impacto de la música en áreas más críticas como la cirugía mayor y los cuidados intensivos. El objetivo es entender mejor hasta qué punto se puede estandarizar su uso terapéutico.
Además, la música tiene la ventaja de no interferir con otros tratamientos. Puede ser aplicada de forma complementaria sin riesgo de efectos secundarios, y es adaptable a las preferencias culturales, personales y emocionales de cada individuo.
La clave está en la elección personal. La música que conecta emocionalmente con el paciente tiene más probabilidades de activar los centros del placer y disminuir la percepción del dolor. Esta experiencia multisensorial puede transformar el entorno clínico en uno más humano y menos hostil.
El Congreso Clínico del Colegio Americano de Cirujanos en San Francisco fue el escenario en el que se presentaron estos hallazgos, destacando su relevancia dentro del ámbito médico contemporáneo y sus posibilidades para una medicina más integral.
La música también puede crear un vínculo emocional con momentos de seguridad y bienestar previos a la cirugía. Esa sensación de familiaridad genera consuelo, reduce la percepción de amenaza y puede reconfigurar la forma en que el paciente vive su proceso de recuperación.
La música se perfila como una herramienta terapéutica eficaz en el entorno postoperatorio. Su capacidad para reducir el dolor, la ansiedad y el uso de analgésicos la convierte en una opción valiosa para mejorar la experiencia clínica del paciente. Escuchar nuestras canciones favoritas podría ser parte del camino hacia una recuperación más rápida y humana.
Referencia:
- ACS/Listening to Music May Speed Up Recovery from Surgery. Link
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