Un nuevo estudio conjunto entre las universidades de Kyushu y Toronto sugiere que el ejercicio físico puede ayudar al cerebro a olvidar recuerdos traumáticos o asociados al consumo de drogas. ¿La clave? El crecimiento de nuevas neuronas que reorganizan los circuitos del hipocampo. Este descubrimiento abre una vía prometedora para tratar el TEPT y las adicciones.

El hipocampo y la memoria del miedo: lo que descubrieron los investigadores
El hipocampo es una región cerebral clave para formar recuerdos vinculados a lugares, contextos y emociones. También es uno de los pocos sitios donde se generan nuevas neuronas incluso en la edad adulta, en un proceso conocido como neurogénesis. En este estudio, publicado en Molecular Psychiatry el 8 de mayo de 2025, científicos japoneses y canadienses observaron que el crecimiento acelerado de neuronas en esta zona, inducido por ejercicio o manipulación genética, ayudaba a los ratones a olvidar memorias relacionadas con traumas o drogas.
Los ratones fueron expuestos a descargas eléctricas en entornos distintos, generando respuestas similares al trastorno de estrés postraumático (TEPT): miedo persistente, ansiedad y evitación de espacios oscuros. Sin embargo, aquellos que pudieron correr en ruedas mostraron una notable reducción de estos síntomas al cabo de un mes, junto con un incremento claro de nuevas neuronas en el hipocampo. El mismo resultado se replicó, aunque de forma más limitada, al acelerar genéticamente la maduración neuronal. Los investigadores concluyen que la reorganización de los circuitos neuronales interfiere con los patrones de memoria previamente establecidos, debilitando su intensidad.

Adicciones y contexto: el papel del recuerdo en la recaída
El equipo también aplicó su modelo al estudio de la adicción. En un experimento clásico de condicionamiento, los ratones recibían cocaína en una de dos habitaciones. Luego, al tener libre acceso, elegían pasar más tiempo en la habitación asociada a la droga. Pero cuando se estimuló la neurogénesis mediante ejercicio o herramientas genéticas, esa preferencia desapareció. Al parecer, la creación de nuevas neuronas deshace el vínculo emocional entre el entorno y la experiencia placentera.
Esto es especialmente relevante para humanos en recuperación, donde el entorno suele ser un disparador de recaídas. La neurogénesis no borra los recuerdos literalmente, pero parece impedir que estos se reactiven con la misma fuerza emocional. Aunque todavía falta mucho para trasladar estos resultados al tratamiento clínico, la hipótesis es clara: más neuronas, menos peso emocional.

Crédito: Paul Frankland; Universidad de Toronto.
Un enfoque natural con futuro clínico
Pese a los prometedores resultados genéticos, el método más eficaz y accesible sigue siendo el ejercicio físico. Según Risako Fujikawa, autora principal del estudio, el ejercicio no solo estimula la neurogénesis, sino que también produce cambios metabólicos, hormonales y emocionales que amplifican sus beneficios. «Creo que ese es el mensaje más importante: el ejercicio tiene un impacto real en la salud mental», declaró.
Actualmente, las terapias para el TEPT y la adicción dependen en gran medida de medicamentos y psicoterapia, pero no son efectivas para todos los pacientes. Esta investigación propone un nuevo ángulo: ayudar al cerebro a reconstruirse por dentro para debilitar los recuerdos más dañinos. Y aunque aún se busca una molécula capaz de imitar los efectos del ejercicio, la mejor herramienta está al alcance de todos: moverse.
Referencia:
- Neurogenesis-dependent remodeling of hippocampal circuits reduces PTSD-like behaviors in adult mice. Link.
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