Las ballenas ha sido una de las especies que ha estado al borde de la extinción. En la Antártida durante 70 años murieron más de 1,3 millones de ballenas provocado por la explotación industrial.
Investigadores han informado que actualmente se encuentra en aumento la población de ballenas debido a la creciente cantidad de avistamientos en los últimos nueve años.
La caza de las ballenas se suspendió en 1984, intentando con esto evitar la extinción, pero actualmente como otras especies estas se enfrentan a nuevos retos.
En los años venideros las ballenas y la fauna marina serán sometidas a cambios en su entorno debido a la acción humana.
Siendo los principales: cambios en las temperaturas del agua, contaminación y la pesca comercial. Volviéndose esta ultima su competidora por alimento para sobrevivir en el entorno.
Todos estos retos para las ballenas son solo una pequeña parte a la que se enfrentan. Debido a que también el impacto humano por el elevado crecimiento en el transporte marítimo produce daños a esta especie.
Este hecho fue informado el año pasado, dando a conocer que hasta las embarcaciones más pequeñas pueden causarles daño ya que las ballenas permanecen cerca de la superficie.
Para reducir el peligro de colisión se optó por tomar la medida de restringir la velocidad a la que circulan los barcos en estas zonas.
Actualmente se busca la forma de minimizar el impacto humano en las ballenas. Siendo el principal objetivo encontrar los puntos árticos para implementar medidas y restricciones.
El enfoque sugiere que la navegación en el ártico es peligrosa debido a la presencia del hielo, el problema es la supervisión y el establecimiento de nuevas rutas marítimas.