Un equipo internacional de científicos ha logrado convertir el tipo de sangre de un riñón donado antes de trasplantarlo a un paciente con muerte cerebral. Este hito médico, el primero en su tipo, podría transformar el acceso a los trasplantes al eliminar las barreras impuestas por la incompatibilidad sanguínea.

Un avance que podría cambiar el futuro de los trasplantes

En la actualidad, los órganos solo pueden trasplantarse si existe compatibilidad entre los tipos de sangre del donante y el receptor. El sistema inmunitario del paciente puede atacar el órgano trasplantado si detecta antígenos diferentes en su superficie. Por ello, los órganos tipo O —que carecen de antígenos A o B— son los más valiosos, ya que pueden ser aceptados por cualquier persona.

En este nuevo experimento, investigadores de Canadá y China utilizaron una enzima capaz de eliminar los antígenos de tipo A del riñón de un donante, convirtiéndolo en un órgano de tipo O universal. La enzima fue descubierta en 2019 por el mismo equipo de la Universidad de Columbia Británica. 

Una vez tratado, el riñón se trasplantó a un hombre de 68 años diagnosticado con muerte cerebral en Chongqing, China. El órgano funcionó correctamente durante varios días, produciendo orina durante seis y manteniéndose estable durante dos antes de mostrar signos de rechazo. Los resultados, publicados en Nature Biomedical Engineering, marcan un antes y un después en la medicina traslacional.

Según la especialista australiana Natasha Rogers, del Hospital Westmead de Sídney, el estudio “podría reducir drásticamente las listas de espera” y permitir que más pacientes reciban trasplantes vitales sin depender del tipo de sangre. Este enfoque también abriría la puerta a una asignación más eficiente de órganos en todo el mundo.

Tratar el órgano, no al paciente: una estrategia revolucionaria

Tradicionalmente, cuando un órgano proviene de un donante con un tipo de sangre distinto, los receptores deben someterse a tratamientos intensivos para reducir sus niveles de anticuerpos. Este proceso no solo requiere tiempo, sino que también debilita el sistema inmunitario del paciente, aumentando el riesgo de infecciones. En el caso de los donantes fallecidos, esa opción resulta inviable, ya que el órgano debe trasplantarse en cuestión de horas.

El nuevo procedimiento invierte esa lógica: en lugar de adaptar al receptor, los científicos modifican el órgano. Este método podría simplificar el proceso y hacerlo más seguro, al requerir únicamente la inmunosupresión estándar utilizada en trasplantes compatibles. No obstante, los investigadores advierten que aún se necesitan ensayos adicionales tanto en personas con muerte cerebral como en pacientes vivos para confirmar su eficacia y prolongar la función del órgano tratado.

Además, los científicos planean ajustar las condiciones del tratamiento enzimático para mejorar la tolerancia inmunológica y evitar el rechazo a largo plazo. Si los próximos ensayos confirman los resultados iniciales, el trasplante de órganos “universalizados” podría convertirse en una práctica rutinaria y revolucionar los sistemas de donación en todo el mundo.

El primer trasplante de un riñón con sangre universal demuestra que es posible eliminar las barreras biológicas entre donantes y receptores. Este avance no solo representa un logro médico sin precedentes, sino también una esperanza concreta para miles de personas que hoy aguardan un órgano compatible para sobrevivir.

Referencia:

• Nature/First human transplant of kidney modified to have ‘universal’ blood type. Link