A pesar de que cierta caricatura sobre tortugas armadas con nunchakus podría hacernos creer, que son muy poderosas, en Japón, necesitaban ser rescatadas debido a su lamentable hábito de quedar atrapadas entre los interruptores de las vías del tren mientras intentaban cruzar las vías.
Quiero decir, solo imaginen, eres una tortuga, ocupándote de tus asuntos, intentando llegar al otro lado, y de repente te encuentras atrapada en una situación peligrosa. De hecho, estos pequeños amiguitos fueron responsables de 13 interrupciones de trenes en Kyoto y Nara entre 2002 y 2014.
Pero no se preocupen, porque siempre hay héroes dispuestos a salvar el día. La Compañía Ferroviaria del Oeste de Japón y el Parque Aqualife de Suma, el impresionante acuario municipal de Kobe, unieron fuerzas para encontrar una solución.
Entonces, ¿qué se les ocurrió? Construyeron pasadizos especiales debajo de las vías, creando una ruta segura para nuestras amigas las tortugas que ahora pueden cruzar sin arriesgar sus vidas ni causar retrasos a los pasajeros.
La Compañía Ferroviaria del Oeste de Japón se hizo cargo y construyó estas fantásticas zanjas de concreto cerca de los puntos de cambio. Inspeccionan estos pasadizos cada mes, asegurándose de que ninguna tortuga quede rezagada. Si alguna pequeñita queda atrapada, la rescatan y la envían directamente al acuario. ¡Hablemos de trabajo en equipo!
Naoki Kamezaki, el jefe del Parque Aqualife de Suma, expresó lo gratificante que es salvar a estas tortugas. ¿Y saben qué? Desde que se construyeron los pasadizos para tortugas en la Prefectura de Nara, se han salvado diez de estas criaturas lentas y pausadas de una muerte segura.
Este es un ejemplo fantástico de cómo los humanos y los animales pueden coexistir armoniosamente. Se trata de encontrar soluciones creativas y trabajar juntos para proteger nuestra vida silvestre.
