Un estudio publicado en 2024 en Nature Climate Change analizó esqueletos de esponjas marinas del Caribe para reconstruir temperaturas oceánicas desde 1700. Los resultados sugieren que el calentamiento global alcanza ya 1,7 °C sobre niveles preindustriales, lo que implica que el límite de 1,5 °C del Acuerdo de París se superó hace años y generó intenso debate científico.
Reconstrucción histórica con esponjas marinas del Caribe
El trabajo, liderado por Malcolm McCulloch de la Universidad de Western Australia, examinó esclerosponges de la especie Ceratoporella nicholsoni. Estas se recolectaron en el Mar Caribe oriental a profundidades de 30-90 metros. Estas esponjas viven siglos y acumulan en sus esqueletos carbonato de calcio con proporciones de estroncio y calcio que varían con la temperatura: más estroncio en épocas cálidas.
Los datos revelan temperaturas estables entre 1700-1790 y 1840-1860, con enfriamiento intermedio por erupciones volcánicas. Los autores concluyen que el calentamiento antropogénico inició a mediados de la década de 1860, antes de los registros instrumentales desde 1850.
Al extender la línea base preindustrial a 1700-1860 con ajuste correspondiente, estiman que el calentamiento actual supera en 0,5 °C las cifras del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) (alrededor de 1,2 °C). Afirman que el umbral de 1,5 °C se cruzó entre 2010-2012, que hoy estamos en 1,7 °C y que los 2°C podrían llegar a finales de esta década sin recortes drásticos de emisiones.
Los investigadores defienden el Caribe como proxy ideal para tendencias globales, con mínima interferencia de corrientes. McCulloch destacó que este descubrimiento adelanta “al menos una década” el reloj del cambio climático, exigiendo medidas inmediatas. (248 palabras)

Anomalías de temperatura en comparación con el promedio de 1961-1990, según el registro de temperaturas observadas HadSST4 (púrpura) desde 1850 y los datos proxy de esponjas (azul) desde 1700 hasta la actualidad. Los autores han aplicado un “desplazamiento” de 0,9 °C a sus datos proxy para contabilizar el aumento de temperatura desde el período preindustrial hasta el período de referencia 1961-1990. Fuente: McCulloch et al (2024).
Críticas de la comunidad científica al estudio de esponjas
Expertos valoraron el registro paleoclimático, pero cuestionaron su interpretación y comunicación pública.
La principal controversia radica en cambiar la línea base preindustrial. El Acuerdo de París y el IPCC usan 1850-1900 por datos confiables y mínima influencia humana. Expertos como Friederike Otto, Richard Betts y Yadvinder Malhi coinciden: redefinir “preindustrial” no altera objetivos ni acelera impactos previstos, ya que los modelos están calibrados en esa referencia.
Otro reparo es la atribución: el calentamiento pre-1850 difícilmente es antropogénico, pues las emisiones de este siglo representan sólo 2,5 % del total acumulado.
Además, científicos como Gavin Schmidt (NASA), Gabi Hegerl (Edimburgo) y Zeke Hausfather advierten que un proxy regional no se extrapola directamente al promedio global. Señalan discrepancias con reconstrucciones como PAGES2k y confusiones entre temperatura de capa mixta y superficie marina.
En resumen, el registro es valioso, pero su presentación generó confusión al sugerir riesgos climáticos antes de lo calculado.
¿Qué significa este estudio para el Acuerdo de París y el cambio climático?
Este debate destaca la complejidad de definir “preindustrial” con datos históricos limitados. El estudio de esponjas marinas del Caribe aporta una pieza interesante al paleoclima, pero no redefine metas del Acuerdo de París, que limitan el calentamiento adicional desde finales del siglo XX.
Las proyecciones del IPCC se mantienen: sin reducciones profundas, el promedio superará 1,5 °C en la década de 2030. Lo crucial no es debatir décimas en líneas base históricas, sino la trayectoria futura de emisiones.
El consenso científico urge reducirlas a la mitad para 2030 y alcanzar cero neto en 2050 para minimizar riesgos irreversibles. Este episodio resalta la importancia de comunicación precisa en ciencia climática, evitando alarmas infundadas que erosionen confianza pública mientras el planeta se calienta rápidamente. Cada fracción de grado cuenta, independientemente de la referencia.

Una sección del esqueleto de esclerosponge. Fuente: Deng et al (2024)
El estudio de las esponjas marinas del Caribe es un aporte valioso que enriquece nuestra visión del calentamiento temprano, pero no cambia objetivos ni calendario de riesgos del Acuerdo de París. Mientras discutimos detalles técnicos sobre líneas base, el mensaje central permanece: el cambio climático avanza sin pausa. La prioridad absoluta es actuar ahora con recortes ambiciosos de emisiones para proteger el futuro del planeta.
Referencia:
- 300 years of sclerosponge thermometry shows global warming has exceeded 1.5 °C. Link.
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