La salud bucodental no solo influye en la capacidad de comer y hablar, también impacta en la salud cerebral. Estudios recientes muestran que la enfermedad de las encías y la pérdida de dientes afectan regiones clave como el hipocampo, vinculado a la memoria y la prevención del Alzheimer.
Enfermedad de las encías y memoria

La investigación científica ha revelado una relación directa entre la enfermedad periodontal y los cambios en el hipocampo izquierdo, región esencial para la memoria y el aprendizaje.
Cuando las encías se inflaman de manera crónica, se produce una respuesta persistente en el organismo. Esta inflamación no solo daña los tejidos bucales, sino que también puede extenderse al sistema nervioso. Los estudios señalan que la cantidad de dientes presentes y el estado de las encías están vinculados con alteraciones cerebrales que afectan las funciones cognitivas.
La pérdida de piezas dentales, además de limitar la masticación, puede ser un indicador de deterioro en la salud cerebral. Por ello, los especialistas recomiendan visitas regulares al dentista para controlar la progresión de la enfermedad y evitar complicaciones mayores.
En algunos casos, la extracción de dientes afectados y su reemplazo con prótesis adecuadas es una medida necesaria para preservar tanto la salud oral como la cerebral. La prevención y el tratamiento temprano son claves para reducir el riesgo de Alzheimer y otros trastornos neurodegenerativos.
Bacterias orales y daño neuronal

Las bacterias presentes en la boca pueden ingresar al torrente sanguíneo y alcanzar el cerebro. Una vez allí, generan inflamación y liberan toxinas que dañan directamente las células neuronales.
La gingivitis crónica es un ejemplo claro: al mantener una respuesta inflamatoria constante, aumenta el riesgo de enfermedades como el Alzheimer. Además, las personas con predisposición genética a la caries o que requieren prótesis dentales muestran mayor carga de enfermedad cerebrovascular silenciosa.
La conexión entre una buena higiene oral y la reducción de patógenos en la sangre ha sido demostrada por la ciencia. Menos bacterias significa menor inflamación sistémica y, por ende, menor riesgo de daño cerebral.
Este vínculo refuerza la idea de que la salud bucodental no es un aspecto aislado, sino parte de una estrategia integral de bienestar.
Prevención como estrategia para la salud integral

La palabra clave es prevención. Mantener una boca sana implica mucho más que estética: es cuidar la mente y el cuerpo.
Las pautas básicas incluyen el cepillado diario, el uso de hilo dental, una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio regular. Evitar el tabaco y acudir periódicamente al dentista son acciones que reducen el riesgo de periodontitis y, en consecuencia, de deterioro cognitivo.
La ciencia aún debe profundizar en estos hallazgos, pero los estudios preliminares ya muestran la importancia de integrar la salud oral en los planes de prevención de enfermedades neurodegenerativas.
Al cuidar tu boca, estás protegiendo tu memoria y tu calidad de vida.
La salud bucodental es un reflejo del bienestar general. Prevenir la enfermedad de las encías y la pérdida de dientes significa proteger el cerebro y reducir el riesgo de demencia. Cuidar tu boca es cuidar tu mente, una inversión diaria en tu futuro y en tu calidad de vida.
Referencia:
- Neurology Journals/Associations of Dental Health With the Progression of Hippocampal Atrophy in Community-Dwelling Individuals. Link
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